Por qué destetar al bebé al empezar a trabajar no es lo más recomendable
Lactancia

Por qué destetar al bebé al empezar a trabajar no es lo más recomendable

Hace dos días os comentamos que arrancaba la Semana Mundial de la Lactancia Materna con el lema "Amamantar y trabajar: ¡logremos que sea posible!". Por esta razón, hoy queremos daros una recomendación relacionada con la lactancia y el trabajo, la relacionada con el destete.

Son muchas las mujeres que inician la lactancia con sus bebés sabiendo que tiene fecha de caducidad: "Hasta que empiece a trabajar", que en España son 16 semanas de permiso que a veces se alargan con vacaciones y días de lactancia y que en otros países es incluso menos. Obviamente, no entraremos a juzgar la decisión de estas madres, pero pensando en el bebé no es lo más recomendable y ahora os explicaremos por qué.

Porque la lactancia no es solo alimento, es un modo de relación

Desde el momento en que el bebé nace y se pone en el pecho de su madre, tumbadito sobre ella, inician una relación de contacto, cariño y alimento que llega a su máxima expresión cuando el bebé se coge al pecho y empieza a calmar así su sed de alimento y de contacto con ella.

A partir de ese momento, cuando sienta que tiene hambre, le pedirá pecho para apaciguarla. Cuando sienta miedo, le pedirá pecho para calmarse. Cuando tenga sueño, le pedirá pecho para dormirse. Cuando esté nervioso, le pedirá pecho para tranquilizarse. Porque el pecho es más que alimento, es abrazar a mamá y que te abrace, es sentir su respiración, oír de nuevo su corazón latiendo cerca, como cuando estaba en el útero, es oler de nuevo su piel y sentir su calor, y todo eso, sumado al alimento que le ofrece, le hace sentirse más seguro que en ningún otro sitio.

¿Y qué pasa cuando la madre empieza a trabajar? Pues que esa relación tan estrecha y dependiente del bebé hacia la madre (porque aún tiene apenas 16 semanas), de 24 horas al día de duración, se rompe de repente con la ausencia de mamá durante unas horas. Sin saber por qué, el bebé se queda sin su madre durante un tiempo que puede ser relativamente corto (si son pocas horas) o relativamente largo (si hace la jornada completa), pero cuya percepción en el bebé es desconocida. Como no controlan el tiempo, como no tienen esa noción, esas horas pueden parecerle quizás minutos, o pueden parecerle días. Y teniendo en cuenta que hay un factor de incomprensión, es más plausible pensar que la ausencia de mamá se le hace más larga de lo que realmente es.

No estando ella, en el mejor de los casos estará papá. Lo conoce, conoce sus brazos, su olor y su presencia y estará más o menos conforme con él (más si ha pasado bastante tiempo con él, menos si ha pasado poco). Llorará seguramente buscando a mamá, sentirá la pérdida, pero al menos tiene ahí a alguien conocido. Quizás no sea él, quizás sea la abuela, u otro familiar, que le cuidará, le dará todo el cariño y cubrirá sus necesidades como mejor pueda, pero no será mamá, ni será papá. Y los bebés buscan siempre a la persona que más tiempo ha pasado con ellos, que en la mayoría de los casos es mamá.

Al regresar mamá, todo vuelve a su lugar. Mamá vuelve a sostenerle en sus brazos y el bebé puede disminuir su nivel de estrés y de alerta al punto inicial (si ya de recién nacidos sufren con la separación, a las 16 semanas el estrés puede ser mayor). Y aquí es donde se ocasiona la diferencia: ¿mamá le da pecho como siempre ha hecho hasta ese momento o mamá le da un biberón o comida porque ha optado por destetarle?

Si le da el pecho como siempre, el bebé se reconcilia en cierto modo con mamá. Es un "bueno, vale, me has dejado solo, pero veo que sigues aquí y que me sigues cuidando como siempre". Si no se lo da, si le ofrece otra cosa, el bebé sufre una segunda ruptura: "no solo me has dejado solo, sino que ahora, además, ya no me das el pecho como hacías siempre".

Obviamente, el bebé no hace esta reflexión, no es capaz, pero sí siente la pérdida, la separación de la madre y la separación ahora del modo en que ambos se relacionaban normalmente.

Por eso, cuando una mujer se va a trabajar y deja a su bebé con otra persona, es mejor seguir amamantándole. Así no vivirá dos pérdidas, sino solo una, que no es poco, porque es mucho lo que pierde para lo pequeño que es, por culpa de la falta de conciliación laboral y familiar existente (ya sabéis, esas políticas donde los bebés son los que menos importan).

Porque la lactancia no es solo alimento, es una vacuna diaria

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Muchos padres suelen preguntar, cuando sus hijos empiezan a coger virus, resfriados y otras enfermedades, qué pueden hacer para aumentar las defensas de sus hijos. La respuesta es rápida, pues solo hay dos cosas que pueden fortalecer el sistema inmunitario: no pasarse con la higiene, entre lo que se recomienda tener perro, y darle leche materna. Los demás consejos no son tanto para aumentar las defensas sino más bien para evitar que disminuyan: ser feliz, hacer deporte, alimentarse bien, etc.

Pues bien, sabiendo que la lactancia materna es una manera de proveer defensas al bebé, como si de una vacuna diaria se tratara, lo ideal es no destetarle a los cuatro meses, sino seguir amamantándole hasta los seis como mínimo, hasta el año si es posible y hasta los dos años como tiempo ideal. Y sobre todo si durante ese tiempo va a empezar a estar en contacto con otros niños, ya sea en casa, en la calle, en la guardería, etc. Los niños son los mejores cogiendo virus y transmitiéndolos, así que vale la pena que nuestro bebé esté tomando el pecho, porque si bien enfermará igualmente, las probabilidades enfermar menos, de curarse antes y de que las enfermedades sean menos graves son mayores.

¿Cómo hacerlo entonces?

En próximos días hablamos de ello, pero a modo de conclusión y resumen, lo ideal es seguir dando el pecho al bebé aunque te vayas a ausentar varias horas. Para ello, lo que se suele hacer es darle el pecho antes de irte (para que tarde más en volver a tener hambre y pedir alimento a quien le cuide y para vaciar los pechos), extraer leche en el lugar de trabajo para evitar ingurgitaciones y disminuir el riesgo de mastitis y luego, al llegar a casa, recuperar el tiempo perdido con el bebé y darle pecho y solo pecho, el rato que quiera y necesite, para reconciliarse contigo y tú con él. Incluso si ya tiene meses y está comiendo otras cosas, darle tú todo el pecho que quiera.

Fotos | iStock
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