Intoxicaciones alimentarias en verano

Intoxicaciones alimentarias en verano
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En verano las posibilidades de intoxicaciones alimentarias aumentan, y si tenemos niños pequeños, hay que extremar la atención para evitarlas. Una diarrea por este motivo puede ser seria especialmente en los pequeños.

La higiene es fundamental. Tanto los instrumentos de cocina como lo paños con los que lavemos las superficies deben estar muy limpios, y cuando se trata de bayetas la desinfección es indispensable. Por supuesto, antes de cocinar y comer hay que lavarse las manos, y acostumbrar a los pequeños a hacerlo, así como lavarse las manos después de ir al baño.

Para prevenir las intoxicaciones alimentarias veraniegas hay que tener muy presente que los alimentos también pueden ser fuente de infecciones. Las normas habituales ahora son más importantes que nunca. Mantener la cadena de frío, especialmente en los congelados, no recongelar y descongelar dentro del frigorífico son medidas que nos pueden salvar de algún disgusto.

El huevo crudo no debe ser consumido, por lo que hay que evitar la mayonesa casera y cocinar los huevos y tortillas para que queden bien hechos por dentro.

Es importante cocinar bien en general todos los alimentos, evitando que queden crudos por dentro. Tampoco se deben mezclar o permitir que entren en contacto las carnes o pescados crudos, que además pueden soltar jugos, con los alimentos como frutas y verduras de ensalada que vayamos a comer en crudo.

No conviene tampoco usar los mismos instrumentos de cocina para los productos crudos y los cocinados, incluso evitando que el tenedor con el que ponemos un filete crudo en la sartén sea el mismo que usemos para servirlos ya cocinados. Y a la hora de comer fuera de casa, tener en cuenta que un restaurante o comedor que no nos suponga una gran confianza es mejor evitarlo, aunque el personal que manipula los alimentos es obliatorio que pase un curso que les dota de los conocimientos necesarios para evitar las intoxicaciones.

Con los alimentos infantiles hay que ser muy cuidadoso en el transporte o almacenaje, dejando que se enfríen poco a poco y luego manteniéndolos en frío hasta su consumo. No hay que dejarlos fuera de la nevera ni llevarlos sin un enfriador a la playa o de paseo. Con el calor del verano las bacterias crecen con mayor rapidez. Las frutas deben lavarse cuidadosamente y preferiblemente tomarlas peladas.

Respecto al agua, si tenemos la más mínima duda, hay que consumirla embotellada, no dejar beber directamente de la botella y no aceptar que se ponga hielo que pueda ser de origen dudoso.

Si hacemos biberones para nuestros hijos las normas de preparación y conservación deben llevarse a rajatabla, ya que la leche tibia es un campo de crecimiento para las bacterias muy apropiado. Por eso tanto la esterilización de los biberones y tetinas, como la preparación del biberón son ahora más importantes que nunca.

Ahora, para un verano feliz y sin disgustos, la prevención de las intoxicaciones alimentarias, que aumentan con el calor, es una tarea a la que no hay que dejar de atender en ningún momento.

En Bebés y más | Extremar la higiene de los vegetales

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