Los frutos secos en la alimentación infantil

Los frutos secos en la alimentación infantil
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A pesar de que son alimentos muy completos desde el punto de vista nutritivo, en el caso de los niños y niñas es mejor no introducir los frutos secos en la alimentación antes de los dos años. De este modo se pretende evitar los riesgos de atragantamiento y de alergias, además de retrasar un alimento que por su alto contenido en grasas es difícil de digerir.

El caso de atragantamiento es debido a que antes de los dos años (después en algunos casos, dependerá del ritmo de cada niño) los pequeños no coordinan bien los movimientos de masticación y degloción, por lo que existe el riesgo de tragar entero algún fruto seco (cacahuete, almendra, avellana...).

Se debe insistir mucho en que mastiquen bien los frutos secos una vez puedan probarlos, en pequeñas cantidades, o triturados, o en forma de cremas, o mezclados con otros alimentos (yogur, sopa, ensalada..) para ir comprobando la aceptación a estos nuevos alimentos.

En cuanto a la alergia, se ha de tener en cuenta que para los niños los frutos secos son unos de los causantes más comunes de alergias alimentarias, junto con la leche, el pescado y el huevo. De entre los frutos secos, los cacahuetes serían los que mayor número de alergias provocan.

Algunos síntomas de alerta que ayudan a identificar la alergia a los frutos secos puede ser el goteo nasal, la urticaria por todo el cuerpo, el hormigueo en la lengua o la sensación de opresión en la garganta. Si los síntomas empeoran, se ha de acudir inmediatamente a un especialista para evitar consecuencias graves.

En cualquier caso, una vez el niño o niña ha crecido, controla la masticación y hemos descartado las alergias, no hemos de olvidarnos de los frutos secos en su alimentación. Éstos destacan por su elevado contenido energético derivado de su escaso contenido en agua y de su notable cantidad de grasas (entre ellas, los esenciales ácido linolénico y el linoleico) y proteínas, vitaminas y minerales variados.

Los ácidos grasos aportados por los frutos secos resultan vitales para la formación de las membranas celulares, particularmente de las células nerviosas, que en los niños están en pleno crecimiento y desarrollo. Además estos alimentos no contienen colesterol, y la fibra contribuye al tránsito intestinal adecuado.

También habremos de tener en cuenta que parte de las vitaminas del los frutos secos se destruye durante el proceso de tostado, por lo que es conveniente tomar estos alimentos del modo más natural y fresco posible.

Vía | Consumer En Bebés y más | Prevenir la alergia a los frutos secos, Alergia a los frutos secos

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