De vacaciones con la familia, ¿si o no?

De vacaciones con la familia, ¿si o no?
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Llegan las vacaciones y aparecen dos interrogantes, ¿dónde vamos? y vamos de vacaciones con la familia, ¿si ó no?

No hace tanto tiempo, una manzana mordida era una fruta que estaba a medio terminar y nadie pensaba en ningún cacharrito de moda. En esos tiempos, en que todo se hacía digitalmente (es decir, con los dedos y las manitas) el concepto “familia” consistía en un número más o menos extenso que compartían similares rasgos faciales, habitaciones, baños y mesas.

Con esto de la modernización la cosa cambió y las familias se fueron disgregando por el litoral español. Con la mejora de los transportes, el cambio de mula o asno de carga por un reluciente caballo de acero, permitió que la familia se volviera a concentrar en torno a la mesa patriarcal con relativa facilidad, y así en periodo estival se iban acumulando, hijos, hermanos, primos, sobrinos y demás familia en múltiplos de docena y media. Todo bajo una perfecta jerarquía cuasi-militar que hacía posible que cada uno de nosotros tuviéramos múltiples padres, oficiosos eso sí.

Las ventajas

Esto, desde el punto de vista de los sufridos padres que llegaban ya a estas fechas estivales con las baterías y la cordura, bajo mínimos suponía una clara ventaja a la hora de poder "soltar" a los peques pues siempre habría algún "primo mayor", tío o abuelo que les vigilará mientras intentaban digerir la comida veraniega en modo boa,- o perro que quizás abunde más en estas latitudes-, a la sombra de esa higuera que ya era grande cuando ellos daban tus primeros pasos. Y aprovechar que los mayores madrugaban para dejarse querer un poco más por las sábanas en esos días sin discusiones para que los niños se vistan o tomen la leche. "Cinco minutos más y me los llevo a la playa hummm". Y qué hay mejor que ese tío que se salta a la torera todas las normas médicas, se hace el despistado mientras tus hijos se dan un baño sin que pasen las dos, o cuatro horas de digestión según a quien preguntaras. O las abuelas, que bastaba que nombrases sus natillas para que tuvieras dos litros para merendar.

Pero no todo son ventajas

Y es que si ya es complicado poner de acuerdo a cuatro personas para hacer algo, no les quiero contar lo que era mover a dos docenas y desde luego ya te puedes ir olvidando de tener algún momento de soledad con tu pareja y tus hijos, y a solas los dos ni te cuento, aunque poniéndole imaginación se puede. Otro punto negro de las vacaciones en familia es que la probabilidad de discusión es directamente proporcional al número de miembros que intervengan en la conversación y algo así puede amargar las vacaciones a cualquiera. La rigidez de horarios, algo necesario para mantener cierto grado de coordinación entre tanta gente, se puede volver en contra de uno en esas fechas en las que lo que menos te apetece es continuar con la rutina mantenida durante el año. También tenemos a los clásicos de ayer y de hoy, el cuñado gorrón, la suegra insufrible, el gallo del vecino, etc. Todo un repertorio de clásicos.

¿Y vosotros? De vacaciones con la familia, ¿si o no?

Foto | weefae en Flickr En Bebés y más | Vacaciones en familia con destinos exóticos y privilegiados, Los 10 mejores hoteles en España para viajar en familia

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