El cuidado de la vulva de la bebé

El cuidado de la vulva de la bebé
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Hace dos días os explicamos lo más importante a tener en cuenta para el cuidado del pene del bebé. Como visteis, parece un tema complicado, pero no lo es tanto porque el tiempo y la paciencia suelen obrar milagros.

El caso de las niñas parece más fácil porque no hay nada que se tenga que ir abriendo poco a poco, pero sin embargo a nivel de higiene hay que tener mucho más cuidado que con los niños porque ellas no tienen la "barrera" de los testículos y es mucho más fácil que la caca lo manche todo. Por eso hoy vamos a hablar del cuidado de la vulva de la bebé.

De delante a atrás, de arriba a abajo

En los niños da exactamente igual cómo les limpies el culo cuando han hecho caca. Lo puedes hacer de arriba a abajo (hablo de tener al niño tumbado) o de abajo a arriba. Da igual porque si vas hacia arriba encuentras los testículos que suenen frenar el paso de la caca hacia el meato urinario, que en los niños está al final del pene y que no suele acabar manchándose. A veces sí, claro, si las deposiciones son más líquidas, pero es poco habitual. Por si acaso, y porque es más lógico, es mejor de arriba a abajo, pero el riesgo es menor.

En el caso de las niñas no da igual. La regla es inamovible y siempre se tiene que hacer del mismo modo. Si está de pie es de delante a atrás (de la vulva al ano) y si está tumbada es de arriba a abajo. La razón es clara, evitar en lo posible llevar bacterias del ano a la vulva, ya que ello podría producir una vulvitis, una vulvovaginitis o, como el meato urinario está ahí mismo, una infección urinaria.

Las secreciones de la vagina en recién nacidas

No todas las niñas lo tienen, pero muchas niñas segregan por la vagina un flujo que puede ser transparente, blanco o con restos de sangre, que será así por causa de hormonas maternas que han pasado a la niña durante el embarazo. Es una secreción normal que recibe el nombre de leucorrea fisiológica que se ha de ir limpiando con suavidad, con una esponjita, día a día, pero sin tratar de retirarlo todo.

La razón es que es un flujo con un pH muy ácido que sirve de protección para acabar con cualquier bacteria que se le acerque. Si lo quitamos todo, retiramos esa protección, pero si no limpiamos, podría producirse infección también por falta de higiene así que, como digo, esponjita con agua y limpiar un poco la zona para que no queden restos de orina ni heces.

¿Esponja o toallitas?

De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda, por lo práctico que es, todo lo de usar y tirar, y entre ello están los pañales y las toallitas. Las toallitas son tremendamente útiles, porque son húmedas, limpian bien y luego las tiramos y listo. El problema, con las niñas, es que no limpian igual que el agua y esto puede tener consecuencias.

Hablo de las sinequias de labios menores, un mal que es bastante habitual en la infancia (se estima que cerca del 3,3% de las niñas de entre 13 y 23 meses lo padecen) y que consiste en la unión o fusión de los labios menores. Es habitual, pero la sensación actual es que la incidencia está aumentando y la razón es el uso cada vez más extendido de las toallitas como único método de limpieza.

No es que la culpa de que haya sinequias sea del uso de las toallitas, ya que las razones no están muy claras y parecen asociarse a que las niñas no producen todavía estrógenos suficientes para que los labios se mantengan separados, pero el uso de las toallitas implica un menor uso de agua, y cuando quedan secreciones sin limpiar, éstas pueden actuar de elemento fusionador, de “pegamento”.

Por ello, en el caso de las niñas, se recomienda el uso de la esponja siempre que sea posible, para que así corra el agua, de arriba a abajo, y arrastre lo que tenga que arrastrar. Las toallitas limpian también, pero no tan bien como el agua que cae abundante, una y otra vez. Valen para cuando estás en la calle, o en casa ajena, pero en casa, con tiempo, mejor con esponja y agua.

"Pero lo de la esponja para limpiar una caca tras otra es un poco guarrada", pensaréis. Pues se puede hacer un "mix". Primero limpiar la caca con toallitas, gasas o similar (algo de usar y tirar) y luego esponja y agua para que corra la suciedad. Finalmente secar bien y, si es preciso, poner cremita en la zona (a menudo no hace falta, pero si se van produciendo dermatitis, vale la pena poner una crema de pasta al agua que no solo trata la zona, sino que al "pintar" la zona, la protege del siguiente pipí o las siguientes cacas).

Foto | Thinkstock
En Bebés y más | Higiene íntima en las niñas, Adherencia de los labios vaginales en las niñas

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