"Yo me hice ginecólogo con la clara idea de atender partos en casa". Entrevista al doctor Emilio Santos (VI):

"Yo me hice ginecólogo con la clara idea de atender partos en casa". Entrevista al doctor Emilio Santos (VI):
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Llegamos hoy a la sexta y última parte de la extensa conversación que hemos mantenido con el psiquiatra y ginecólogo Emilio Santos, que se ha plasmado en seis entrevistas de Bebés y más en las que hemos tratado a fondo temas como las consecuencias de la separación del bebé, los sentimientos de las mujeres que dan a luz, las posibilidades que ofrecen los sistemas sanitarios para el parto respetado y otras muchas cuestiones que esperamos que hayan servido para que nuestros lectores conozcan más a fondo lo que es un nacimiento y lo que supone un parto natural para la mujer y el bebé.

¿De que modo llegaste a querer atender partos naturales y en casa?

Yo me hice ginecólogo con la clara idea de atender partos en casa. Tenía la convicción de que, sin mala intención, la medicina hace daño cuando tiene la prepotencia de creer que puede anular los mecanismos que la naturaleza tiene previstos para substituirlos por otros mecanismos que se cree que son más perfectos.

Para mí, la naturaleza es demasiado perfecta como para pretender mejorarla. Siempre he pensado que la medicina es útil para la enfermedad, pero no para la salud.

En el caso del parto yo tuve además desde muy pequeño el recuerdo y la enseñanza de mi madre, a la que escuché muchas veces recriminar a mis tíos y a mi padre con la frase “me empujasteis a tener mis otros partos en hospitales cuando mi mejor parto fue el primero, que fue en casa”.

Así que este era, en cierto modo, tu destino.

Resulta además biográficamente significativo decir que aquel primer parto de mi madre, el que fue en casa, fue en el que yo nací, que soy el mayor de siete hermanos.

¿Cómo te enseñaron en la facultad que debías atender el parto?

Cuando yo decidí dedicarme profesionalmente a contribuir a cambiar la forma de nacer tuve que comenzar dos formaciones simultáneamente y en paralelo. Por un lado aprobé el examen MIR y comencé mi formación en un hospital público de Madrid. Por otro lado me pegué a una comadrona anciana, Doña Consuelo Ruiz, y así pude empezar a atender con ella partos en casa con ella.

Así pues, cuando comencé a atender en el Hospital, yo ya sabía, porque lo había visto con mis propios ojos, lo que era una mujer pariendo libre.

Aún me retumba una frase que me gritaban en el hospital publico donde recibía mi formación oficial: “pero haz algo, Emilio, ¿es que todavía no sabes atender un parto?”.

Esa frase reflejaba la preocupación de quien creía enseñarme lo que hay que hacer en un parto. Esa frase me la gritaban en la creencia de que yo debía estar guiando a la mujer para que empujara y que, además, yo debería estar introduciendo las manos en su vagina para ensanchar el canal blando del parto, que debía estar con las tijeras en una mano preparado para hacer una gran episiotomía, que debía estar dispuesto para tirar de la cabeza y sacar los hombros rápidamente. Pero yo sabía que todo eso no hacía falta ninguna porque yo había visto con mis ojos que la mujer pare sola y por si misma si se le permite hacerlo.

¿Habrá cambios en la obstetricia en los próximos años?

Pues para mi, en el caso de España, es muy fácil saberlo. No hay que más que mirar los países que estaban en nuestra situación hace unos años, como Noruega o Reino Unido.

¿En qué se traducirán esos cambios?

A la vista de lo que está pasando en esos países actualmente mi predicción es que va ha haber una mayor bifurcación en dos tipos de formas de atención.

Por un lado estoy seguro que aumentarán las mujeres que deseen un parto en casa y la oferta de profesionales que lo atienda, e incluso una mayor aceptación de la opción de parto en casa y parto natural en general. Pero por otro lado creo que también habrá un aumento del número total de cesáreas y un aumento de las cesáreas por elección de la mujer.

Cuando yo estuve en el Reino Unido siguiendo con mi formación en el King College Hospital estaba sorprendido de lo bien que se atendían lo partos y lo bien que se trataban el proceso natural y los deseos de las mujeres. Pero fue una sorpresa casi mayor cuando pregunté el índice de cesáreas de dicho hospital y me encontré con que era exactamente el mismo que en el hospital público altamente intervencionista donde yo me había estado formando en Madrid: un 26 por ciento.

¿A que se debían esas cifras?

Si bien había muchos partos respetados, por otro lado, el umbral o listón de decisión de cesárea estaba mucho más bajo. Tras descubrír ese dato fui a mirar las tasas de mortalidad perinatal en España y en el Reino Unido para compararlas y constaté que según la OMS son muy similares.

Si se siguieran de verdad las recomendaciones de la OMS en cuanto a atención al parto ¿como cambiaría la atención y el resultado de los partos en España?

Desde luego disminuiría tremendamente el número de episiotomias, que ya lo está haciendo. También creo que disminuirá drasticamente el porcentaje de partos con oxitocina sintética.

En general, a medio plazo bajarían el número de casos de secuelas genitales y pélvicas de las mujeres que han parido. Y, a largo plazo necesariamente veríamos descender también el porcentaje de ciertas patologías que la ciencia nos está mostrando cada vez con más firmeza que están relacionadas con el tipo de parto: autismo, diabetes, obesidad, hipertensión; todas ellas patologías en las cuales se está viendo que el parto agresivo es un factor de riesgo.

Sin embargo, como he dicho antes, por lo que veo que pasa en otros países, no creo que disminuya y hasta podría aumentar levemente el porcentaje de cesáreas. Aunque la OMS dice que cuando el parto se asiste según los criterios científicos el porcentaje de cesáreas no debe superar el 10 o 15 por ciento de los partos, la realidad es que hay factores que llevan a que este porcentaje necesariamente aumente, factores como el miedo del profesional a las denuncias médicas o el miedo cultural de las mujeres a hipotéticas secuelas de un parto vaginal.

¿Aumentarían problemas como las parálisis cerebrales, anoxias o complicaciones por sufrimiento fetal?

En cuanto a las parálisis cerebrales y retrasos mentales, antes se pensaba que la mayoría de los casos se debían a un supuesto sufrimiento fetal durante el parto. Pero hay evidencia científica actualmente que demuestra que la inmensa mayoría se deben a factores inevitables que ocurren durante el embarazo como son infecciones víricas o trastornos genéticos y metabólicos que no pueden evitarse en la atención al parto.

¿Pero habría riesgo de que aumentara la mortalidad materno-infantil?

No lo creo. Mi mentora, Doña Consuelo Ruiz, había asistido durante su vida unos 3.000 partos en casa y nunca jamás se le murió un bebé. La mortalidad perinatal en cualquier hospital del el mundo occcidental ronda el 8 por 1000.

La mortalidad perinatal y materna han disminuido gracias al avance en higiene, dieta y en condiciones de vida, no tanto gracias a la hospitalizacion.

Resumiendo, la tendencia en opinión del doctor Santos es que la atención al parto en España va a ampliar los porcentajes de partos naturales y respetados, con un descenso claro de las episiotomías y secuelas para la madre y el hijo relacionadas con el intervencionismo, pero que las cesáreas se mantendrán o aumentarán levemente, no teniendo estos cambios, en general, como consecuencia el temido aumento de mortalidad infantil que suele aducirse en contra de los partos naturales, en casa o sin intervenciones innecesarias.

Terminamos esta serie de entrevistas al doctor Emilio Santos con esta última, esperando que hayan sido de tanto interés para nuestros lectores como lo han sido para nosotros el disfrutar realizándolas.

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