Elegir el instrumento musical más adecuado

Elegir el instrumento musical más adecuado
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La educación musical es muy adecuada para los niños, pues desarrolla múltiples habilidades y constituye una fuente rica de emociones. Con un músico en la familia, muchas veces se habla del instrumento que tocarán nuestras hijas. Yo, bromeando, contesto que el triángulo, que es fácil, no ocupa espacio ni suena demasiado.

Pero, ¿cómo elegir el instrumento más adecuado para nuestros hijos? La clave está en que sean ellos quienes decidan cuál es su instrumento musical. Para ello, el niño o niña ya debe haber comprobado que le gusta la música y quiere seguir estudiando.

El niño escoge su instrumento musical

Entre los niños de cinco años y los ocho, cuando el aprendizaje musical avanza y se hace más complejo, el piano, la flauta y la guitarra continúan ocupando las primeras posiciones en el listado particular de las elecciones de niños y niñas, aunque siempre hay quien prefiere el violín, la trompeta o cualquier otro instrumento de orquesta.

Muchas veces somos los padres los que deseamos tal o cual instrumento para nuestros hijos, porque es el que tocamos nosotros, nos gustaría tocar, es el que toca nuestro ídolo o por cómo suena. Sin embargo, no es recomendable que las preferencias paternales se impongan en la elección de un instrumento u otro.

Lo mejor es ser objetivos e informarnos, hacerles ver que todos los instrumentos son importantes, las cualidades de unos y otros…

Como decimos, lo mejor es que el niño sea quien escoja qué es lo que quiere aprender a tocar. No está de más que los padres o el profesorado asesoren y guíen la decisión, pero la última decisión ha de ser del intérprete. De este modo conseguimos que la primera relación del alumno con el instrumento sea motivada.

Si el niño tiene dudas, la opinión y consejo de los profesores puede ser fundamental, y hemos de pensar en la posibilidad de que reciba algunas clases de los instrumentos candidatos.

Otros factores a tener en cuenta

Puestas las bases para la elección del instrumento más adecuado, no podemos negar que existen otros factores “prácticos” que también hemos de tener en cuenta.

La compra de un instrumento musical supone en ocasiones un desembolso económico considerable. Otras opciones son el mercado de segunda mano y los préstamos que podemos pedir entre conocidos o en las propias escuelas de música.

Para no lamentar gastos innecesarios, antes de comprar el instrumento es preferible asegurarse de que realmente el niño desea aprender a tocarlo y muestra un verdadero interés hacia un determinado instrumento.

Al contrario, aprovechar un regalo o el viejo instrumento que tienen los abuelos también puede ser un error, ya que puede que no sea el instrumento deseado por el pequeño.

Las opciones de estudio serían otra variable a tener en cuenta, pues existe desde la posibilidad de pequeñas escuelas de música, grandes conservatorios o clases particulares, con disponibilidad de unas u otras en cada área.

La fisonomía del niño es otro factor a tener en cuenta. La estatura no es determinante para los primeros pasos, porque a los niños les queda mucho por crecer. Además, existen instrumentos de tamaño reducido para los más pequeños, que van siendo sustituidos por otros de mayor tamaño a medida que crecen.

Es frecuente que el centro cuente con instrumentos de estos tamaños para el préstamo o intercambio.

Por último, existe la cuestión logística que hemos de tener en cuenta: ¿tenemos espacio en casa para un piano, un arpa o un contrabajo? También en este sentido a la necesidad de trasladarse a recibir las clases, debemos sumar la de transportar el instrumento. Los más grandes difícilmente podrán ser transportados por el niño hasta que crezca en las ocasiones en que no pueda aprovechar los instrumentos del centro de estudios.

El caso del piano es especial, porque la posibilidad de hacer música en conjunto es limitada y la música de cámara escrita para él es demasiado difícil para el grado elemental, aunque cada vez existe más repertorio adaptado. En este caso difícilmente hablamos de traslado, y el problema surgirá en vacaciones o en los casos de niños que pasen tiempo en casas distintas.

En definitiva, si nos informamos bien, conocemos los instrumentos y hacemos que nuestros hijos los conozcan, dándoles tiempo para que se familiaricen con la música, éstos tomarán la decisión para elegir el instrumento musical más adecuado.

Más información | Consumer, Concertando
Foto | eddie.welker en Flickr-CC
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