Los bebés también se deprimen

Los bebés también se deprimen
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Aunque muchas veces pasa inadvertido porque es más difícil de detectar que en niños mayores o adultos, los bebés también caen en estados depresivos según ha publicado el diario argentino Página 12 en una nota muy interesante para todos los padres.

Por eso, “hay que estar muy atentos a las pistas que nos dan su desarrollo emocional y físico para saber si está sufriendo”, explica Francisco Palacio Espasa, jefe del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente de Ginebra.

Cuando el vínculo afectivo entre el bebé y el resto de la familia es positivo, el niño está feliz, se muestra alegre, seguro, disfruta con lo que recibe, solicita a las personas de su entorno y les contesta con agrado.

Por el contrario, cuando ese vínculo afectivo es negativo, esto se refleja sobre todo en trastornos del humor y del desarrollo.

¿Cómo darnos cuenta que está deprimido? Estar triste no significa que el bebé llore todo el día, el síntoma más claro de la depresión es la apatía y la inhibición en la iniciativa. El bebé deprimido sonríe muy poco o no sonríe, no parece responder a los estímulos que se le ofrecen y no reacciona si se lo deja con un extraño. Los bebés deprimidos suelen también presentar cierto retraso en el desarrollo sin otras causas aparentes, como, por ejemplo, no caminar hasta los 17-18 meses o no hablar hasta los dos años, tener dificultades en el sueño y en la alimentación.

Una de las causas de la depresión en lactantes es tener una madre deprimida. Cuando la depresión de la madre es leve, el problema suele resolverse con una buena intervención terapéutica. Sin embargo, cuando la depresión es crónica y la madre se muestra durante largo tiempo distante, irritable y muy decaída, el bebé puede desarrollar una gran apatía, un desligamiento, un distanciamiento afectivo, ser muy poco solicitante y presentar retrasos graves en la simbolización y en el desarrollo.

Está clara la importancia de la relación del bebé con sus padres para evitar la depresión. Aunque hay factores externos que pueden incidir como los hereditarios o situaciones extremas en la familia como separación, pérdida, abandono, duelo, etc

Vía | Pagina12.com.ar Más información | psicologoinfantil.com

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