¿No quiere probar nuevos alimentos? Lo lleva en los genes

¿No quiere probar nuevos alimentos? Lo lleva en los genes
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La neofobia, el miedo a la incorporación de nuevos alimentos en la dieta, es muy frecuente entre los niños pequeños. Éstos, una vez cumplen 2 o 3 años de edad evitan cualquier gusto nuevo.

Un importante estudio reciente llevado a cabo con gemelos por el equipo de la Dra. Cooke, del Departamento de Epidemiología y Salud Pública del University College de Londres, halló que aproximadamente el 80% de la tendencia infantil a rechazar alimentos nuevos se debe a causas genéticas.

Cooke estudió a 5.390 pares de gemelos idénticos (monocigóticos) y gemelos no idénticos (dicigóticos) de 8 a 11 años de edad. Los resultados mostraron que la neofobia alimentaria es hereditaria en el 78% de los casos, mientras que en los casos restantes es debida a factores ambientales que todavía no están claros.

La explicación evolutiva de este rasgo es que, durante la mayor parte de la prehistoria humana, la edad en la que los niños comenzaban a recolectar frutos silvestres por sí mismos era hacia los dos o tres años. Entonces, aquellos niños que se apartaban de lo que conocían tenían menos posibilidades de sobrevivir. Los alimentos extraños podían no ser buenos.

Por eso es normal que los niños pequeños rechacen tan frecuentemente sabores tan diferentes y nuevos al iniciar la alimentación complementaria, como las verduras o más tarde el pescado.

En cambio, la aceptación del dulce entre los más pequeños es habitual, y es que, aparte de que la leche tiene un sabor dulce, nuestros antepasados también se decantaban por los azúcares y grasas en busca de una mayor supervivencia.

Con el paso de los años, al menos en teoría, este rechazo por los sabores nuevos desaparece, y llegan los "sabores adquiridos", aquellos a los que nos acostumbramos a base de probarlos en repetidas ocasiones. Aunque todos conocemos algún adulto que se ha quedado en esta etapa infantil de rechazo a los nuevos alimentos...

Y, para acabar de romper la estadística, también están aquellos niños a los que no les importa seguir probando sabores (sean o no de alimentos) nuevos para ir experimentando. Que se lo digan a mis hijas que ya conocen a qué sabe la piel de kiwi o de patata (con tierra incorporada). ¿Cambiarán al crecer?

En cualquier caso, que el niño no quiera probar nuevos sabores es genético. De nosotros dependerá darle tiempo para habituarse a los alimentos nuevos y presentárselos de mil y una maneras para que los acepten y no tengan miedo a probar cosas diferentes.

Vía | Genciencia Foto | abardwell en Flickr - CC En Bebés y más | Errores comunes en la alimentación de niños "mal comedores", Educa el sentido del gusto de tu hijo, Si no le gusta la verdura es por instinto, Los bebés amamantados son más proclives a aceptar los sabores nuevos

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