¿Puede un bebé llorar de emoción?

¿Puede un bebé llorar de emoción?
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Lleva unos días en boca de todos y es muy posible que lo hayáis visto aquí en Bebés y más. Estoy hablando del vídeo de una niña de 10 meses que al escuchar cantar a su madre llora de emoción, o así es al menos como está corriendo por la red y así es como me lo han explicado a mí.

Lo he visto en multitud de páginas, en Facebook y hasta me han hablado en persona de él, personas sorprendidas y emocionadas con la carita de la niña, invitándome a comentarlo para explicar lo fascinante y tierna que es la escena. Sin embargo, cuando vi el vídeo yo no vi a una niña emocionada, sino a una niña que lloraba y quería dejar de hacerlo, una niña que sufría, que mostraba una emoción, pero negativa. Por eso, para dar mi visión sobre lo que acontece en ese vídeo, os hago la pregunta clave: ¿Puede un bebé llorar de emoción?

Su carita me recordó a la de mis hijos

"Mira Armando, este vídeo no hacen más que compartirlo en Facebook, dicen que es de una niña que se emociona escuchando la voz de su madre cantando", me dijo Miriam. Me acerqué a la pantalla de su portátil para verlo brevemente, pues estaba liado con otra cosa, y aún de pie, con la pose de irme para seguir haciendo lo mío, vi enseguida las muecas que hace Guim, mi hijo pequeño de año y medio, cuando se pone a llorar porque quiere que le cojamos, porque se ha hecho daño o porque algo le disgusta.

Ese fue el primer signo de alerta que me hizo sentir que algo no cuadraba. "No sé, yo la veo llorar, pero no me parece que sea de emoción", pensaba en voz alta. Vamos, que si no oigo a la madre cantar y sólo veo las imágenes de la niña estaría segurísimo de que la niña pide algo o sufre o por algo, o está viviendo algo que le incomoda, molesta o asusta y quiere que deje de suceder. Estas fueron mis sensaciones al verla. Luego, tiré de teoría.

Recordemos cómo es el cerebro de los bebés

Empecé a pensar en cómo es un bebé de 10 meses y enseguida negué la mayor: no, no puede estar llorando de emoción. Tal y como expliqué en su día, hace ya unos años, el cerebro del bebé no se parece demasiado al de los adultos porque esté en una etapa muy temprana de su desarrollo. Los bebés nacen con el cerebro reptil, el que domina las acciones de supervivencia, los instintos, desarrollado, pero con los cerebros mamífero y racional muy inmaduros. Al nacer empiezan a desarrollarse los dos, el mamífero, el de las emociones y el racional, el superior, el que nos hace pensar y racionar.

Obviamente, el desarrollo es muy lento, tanto que a los siete u ocho meses es cuando un bebé empieza a sufrir la angustia de separación, que es el llanto y el malestar que vive el bebé cuando su madre se aleja de él o cuando le coge otra persona, porque sabe que esa otra persona no es mamá ni papá, o porque no le transmite confianza. Hasta entonces los bebés lloran si están solos, pero son capaces de estar en brazos de personas desconocidas si tienen sus necesidades básicas cubiertas (no tienen hambre... básicamente, y por tanto no necesitan el pecho de mamá).

Hacen falta muchos más "tiros" para llorar con la música

Si hasta los siete u ocho meses no empiezan a sentir eso, y si hasta esa edad ni siquiera dicen papá o mamá con sentido, pues la mayoría dice papá y mamá por imitación, pero sin saber qué dicen, me parece increíble (por difícil de creer) e imposible que un bebé de casi 10 meses llore por escuchar una melodía bonita. La música puede ofrecer emociones, es cierto, incluso puede lograr que un niño se tranquilice, si le gusta, o que llore, si le desagrada o le parece un ruido molesto, pero generar emoción, de esa que se te ponen los pelos de punta, de esa que aparecen las lágrimas porque valoras la belleza de lo que estás escuchando, con diez meses de edad, pues no.

Para eso hacen falta muchos más "tiros". Hace falta que oigas mucha música, muchas canciones buenas y muchas canciones malas. Que oigas a gente cantar muy bien y a gente cantar mal, que oigas a gente cantar de manera afinada y a gente desafinar, que oigas a gente que canta bien pero tiene una voz fea y a gente que canta bien con una voz preciosa. Y cuando hayas oído todo esto y seas capaz de admirar la buena música, hace falta que des con una voz tan bonita, tan diferente y tan especial, que sientas que se ponen los pelos de punta. Y esto, sólo esto, sin necesidad de soltar una sola lágrima, no todo el mundo lo vive, porque no todo el mundo tiene la misma sensibilidad musical.

Hace seis años Joshua Bell, un reconocido violinista estadounidense, se prestó a hacer un experimento tocando en un metro de Washington, de incógnito, varias piezas magistrales. Tocó durante 43 minutos y recaudó poco más de 37 dólares de las 1.097 personas que pasaron a su lado (podéis ver un vídeo del experimento aquí).

Tres días antes había ofrecido un concierto en el Boston Symphony Hall por el que se pagaron una media de 100 dólares por entrada, quedando el espectáculo sin localidades libres. La conclusión a la que se llegó es que la belleza de la música no era capaz de atraer a los demás si estaba en un lugar y en un momento inapropiado. Mi conclusión fue diferente, pues lo que yo vi claro es que la mayoría de las personas no son (o somos) capaces de valorar la belleza de la música, de cierta música, y si pagamos 100 dólares por una entrada es porque sabemos que es buena música, y no porque sepamos valorarla. Por eso sólo se pararon a escucharle 7 personas, porque el resto sólo habrían valorado su música pagando entrada, viéndole bien vestido, yendo ellos bien vestidos y aplaudiendo como los demás.

Con esto quiero decir que es necesario saber mucho de música y es necesario tener una sensibilidad musical especial para llegar a soltar una lágrima con la música bonita, y un bebé de 10 meses no puede saber mucho de música ni puede tener esa sensibilidad musical. Y no sabe porque, como he dicho, su cerebro es tan inmaduro que la música puede, o calmarle por estar escuchándola y estar pendiente de los ruidos (quién sabe si tratando de discernir si son ruidos de peligro o no) o hacerle llorar por ser a tan alto volumen, o de tal características que la perciba como una amenaza.

De cómo aplicamos emociones adultas en los niños

En el vídeo podemos ver dos elementos principales: una niña, aún bebé, y sus emociones. Me sorprende que la gente haya hecho una disociación de ambos elementos y se haya quedado sólo con la emoción. Si en el vídeo viéramos a una persona adulta haciendo las mismas muecas mientras escucha la misma canción todos, incluido yo, diríamos que está llorando de emoción, es lo más lógico. Sin embargo no es una persona adulta, es un bebé, y entonces lo más lógico no es eso, lo más lógico no es que llore de emoción, sino que llore por otra cosa, y aquí es donde me di cuenta de que es muy probable que muchos adultos no entiendan el llanto de los bebés.

Tenemos, aún hoy, que andar explicando que los bebés no son capaces de manipular a sus padres, que cuando lloran lo hacen porque sufren, que lloran para ser atendidos, pero que no tienen malicia, que no tienen una doble intención, que no tienen la inteligencia suficiente como para controlarnos, sino la justa para hacernos saber del mejor modo que pueden qué necesitan.

Es cierto, a los diez meses son muy capaces ya de pedir cosas sin llorar e incluso de pedir las cosas a quien saben que se las dará, pero eso no es malicia, eso es lógica. También los adultos preferimos a las personas que nos tratan bien que a las que nos tratan peor y también nosotros elegimos a las personas que sabemos que nos ofrecerán un mejor servicio (ya sea el médico, la peluquera o la carnicera). Sin embargo dista mucho de ser una inteligencia capaz de interpretar algo tan complejo como la música y generar una emoción placentera.

Pero la niña llora, y también sonríe

Mucha gente ve el vídeo y confirma que es verdad, que la niña siente emoción, porque hay ratos en los que llora y hay ratos en los que ríe. Es lógico, la madre no está haciendo un sonido constante y probablemente está gesticulando y moviéndose diferente en cada frase o en cada sílaba, quizás incluso es posible que le mire a los ojos en las partes de la canción en que canta tonos más bajos y quizás desvíe la mirada hacia arriba, hacia el techo, para llegar a los tonos más agudos. Esto puede hacer que la niña sonría cuando le mira y deje de hacerlo cuando no lo hace. También puede ser que a la niña le parezca bien cuando canta bajito y le asuste cuando haga ciertas notas. Vamos, que en general, la niña está sonriendo cuando le parece que su madre le va a hacer caso y llorando cuando su madre, erre que erre, sigue cantando creyendo que se emociona.

Quizás el tema, lo que nos lía, lo que hace creer que hay emoción es esa dualidad, ese llorar y reír, ese reír llorando. Los adultos que lloramos cuando reímos mostramos una emoción bonita. En este caso la niña ríe después de llorar, que es muy diferente.

Concluyendo

En conclusión, decir que al final no es importante, es decir, la niña se lleva el mal ratillo llorando porque no le gusta cuando su madre canta de esa manera, o al menos no le gusta en muchas de las fases de la canción, pero luego seguro que la madre le coge en brazos, le da cuatro besazos por ser tan emocional y tan mágica y todos tan contentos. Es un vídeo más que pronto nadie recordará. Lo importante, lo que me ha hecho escribir esta entrada es lo comentado, el hecho de que probablemente muy pocos adultos entienden a los niños, su manera de ser, de sentir y de pensar y en cierto modo es un problema, porque si los mayores no somos capaces de hacer un ejercicio de empatía con los niños y no somos capaces de ponernos a su nivel y pensar un poco como los niños, ellos seguirán teniéndolo muy difícil para que les veamos como seres emocionalmente inmaduros a los que hemos de mimar, querer, amar, besar, abrazar y acompañar tanto como podamos y queramos. No, no hablo de sobreproteger, hablo de amar, nada más, y en ese amor está el tratar de entenderles y el tratar de no hacerles daño si lo podemos evitar, sobre todo si son tan pequeñitos y no entienden por qué mamá o papá hacen esos ruidos tan raros con la boca, que tanto les asustan.

Foto | Daveynin en Flickr En Bebés y más | ¿Por qué llora mi bebé y qué puedo hacer para calmarle?, ¿Por qué no se puede (ni se debe) ignorar el llanto de un bebé?, Cómo calmar el llanto del bebé

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