Tecnología vs juegos tradicionales: ¿qué se pierden los niños frente a las pantallas?

Tecnología vs juegos tradicionales: ¿qué se pierden los niños frente a las pantallas?
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Esta comparación puede parecer absurda en los tiempos que corren, y que nadie crea que reniego de la tecnología (aquí, frente a las pantallas y online...), ni siquiera para los niños. Pero a raíz de un reciente viaje en barco me he planteado las diferencias entre el entretenimiento tecnológico y el tradicional para los pequeños.

En concreto, he analizado lo que se pierden los niños frente a las pantallas en lugar de entretenerse con juegos tradicionales. Seguro que también ganan algunas cosas, pero ese es otro tema…

Mis hijas optan por el juego tradicional y el tecnológico solo de manera esporádica, que es cuando lo permitimos los padres. Porque de momento ellas no tienen “cacharritos” propios y cuando utilizan los nuestros es con nuestro permiso y nunca solas.

La situación que pude ver en el barco es la siguiente: dos niños de edades similares a las mías (tres y cuatro años) que en cuatro horas no se despegaron de las pantallas (iPad y vídeoconsola).

Mientras tanto, mis hijas desde luego no estaban tan quietas (que imagino que es algo que ven positivo los padres responsables de los peques), pero hicieron muchas actividades. Paseamos por el barco descubriendo muchos rincones, viendo delfines, participando en los juegos y manualidades de la animación infantil, haciéndose fotos aquí y allí…

No sé con qué se entretienen más los niños, pero sí estoy segura de varias cosas que suceden si los niños están pegados a las pantallas tanto tiempo:

  • No interactúan con la familia, o lo hacen mucho menos. Como las niñas no van solas por el barco, siempre estábamos mamá o papá con ellas.

  • No conocen a otras personas, otros niños y mayores (de los que no cambian de sitio si hay niños cerca) con los que juegan y charlan.

  • No hablan. Ya sé que mis hijas no van a saber hablar más por cuatro horas de charla, pero esos estímulos se han perdido, hay palabras nuevas que aprenderán en otro momento. Eso sí, hay aplicaciones que se centran en ampliar o afianzar el vocabulario de los niños.

  • No se mueven del asiento, y como sabemos el sedentarismo es enemigo de la salud. No sé si esos niños que pasan muchas horas frente a las pantallas después son grandes deportistas y hacen más ejercicio que otros, pero en cualquier caso cuatro horas son muchas horas sentados, habiendo posibilidad de moverse. Eso sí, ya hay videoconsolas como la Wii que hacen que nos movamos, aunque, puestos a elegir, prefiero un partido de tenis más real...

  • La vista se cansa al estar centrada continuamente en mirar tan de cerca. Lo habitual es que el ojo vaya alternando la visión de cerca y lejos (lo mismo sucede si pasamos leyendo mucho tiempo y tampoco vamos a demonizar los libros...). Sobre los cambios de color y brillo de la pantalla hay opiniones diversas en cuanto al efecto sobre la vista; en cualquier caso, se desaconseja el abuso y alternar los videojuegos con otras actividades.

  • No aprenden juegos nuevos (o como mucho conocen videojuegos nuevos, pero suelen “engancharse” al mismo juego durante una buen temporada). Ello hace que la imaginación vuele menos.

  • No aprenden sobre el medio a través del contacto directo, a través de experiencias reales, mucho más ricas que si son a través de las pantallas. Ya que tenemos posibilidad de ver delfines o un bote salvavidas de cerca, aprovechémosla.

En definitiva, aunque este artículo se haya centrado en lo contrario, la tecnología tiene muchas cosas buenas, y los videojuegos les aportan a los peques algunas experiencias que no pueden vivir a través de los juegos tradicionales, incluso existen juegos específicos para tratar algunas discapacidades o problemas de aprendizaje....

Hemos dicho en muchas ocasiones que un uso moderado y en compañía de los mayores es perfecto, y además os recordamos nuestros consejos para aprender y disfrutar con los videojuegos.

Pero también las pantallas tienen algunos inconvenientes si se hace un uso excesivo o prolongado de ellas. Sobre todo, si se dejan de apreciar las inmensas posibilidades de los juegos tradicionales y el único objetivo es “que estén quietos”.

Foto | Mario Spann en Flickr En Bebés y más | ¿Los videojuegos ayudan o perjudican a los niños?, Papás, hij@s y videojuegos, Guía para reflexionar acerca de los videojuegos, Combatir la obesidad con los videojuegos

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