El Unschooling

El Unschooling
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La educación en el hogar no tiene un único método, y entre las posibiles formas de enfocarlo está el Unschooling.

Literalmente significa “no escolarización” pero realmente el camino que se sigue es el de la libertad de aprendizaje. Hay que tener una gran confianza en la curiosidad natural de los seres humanos y en que, el niño es capaz de elegir aprender.

Por supuesto los padres están presentes ayudando al niño a encontrar la información que requiere según sus intereses y haciendo de guias en el proceso. Los padres responden sus preguntas, le ofrecen recursos educativos según el niño los solicite respetando que los deje de lado, le hablan y le ofrecen experiencias nuevas y nuevos temas en los que el niño puede o no querer profundizar.

El aprendizaje, entonces, es considerablemente más intenso, más vivencial, más significativo. Se aprovecha ya que el niño tiene verdadero interés en aprender sobre esa cuestión. El niño irá ampliando sus intereses paulatinamente o, desde un tema inicial, irá introduciéndose en otros nuevos.

Los niños aprenden a leer y a escribir y las operaciones matemáticas cuando les importa hacerlo, y con menos trabajo formal que cuando se hace sin su deseo interno de hacerlo. Por otro lado, los conocimientos llegan poco a poco, demanadados por ellos, a medida que van aprendiendo cosas nuevas, y guiados por sus propios intereses.

El Unschooling, como modo de enfocar el aprendizaje está basado en las teorías de John Holt, educador americano del siglo XX. Su obra “Teach Your Own” puso las bases teóricas a algo que parece que nuestro sistema educativo a olvidado: que los niños desean aprender y ese deseo es demolido por los métodos dirigistas.

La cuiriosidad innata hace que los niños (y también los adultos) deseemos aprender cosas y entenderlas, es parte de la naturaleza humana, lo que nos ha llevado hasta el día de hoy, el verdadero motor del progreso y el conocimiento.

aprendiendo feliz
Los niños, para educarse, no necesitan métodos ni temarios previos. Lo que necesitan es espacio, experimentación. Necesitan el mundo físico y el mundo real, y la confianza de quienes los acompañen en que pedirán aprender lo que necesiten cuando lo necesiten.

Si se opta por el Unschooling, por supuesto hay que ofrecerles un entorno rico en estímulos. Libros, mapas, conversación, documentales, recursos disponibles. Y adultos a su lado que les ayuden cuando pidan ayuda y les ofrezan nuevos campos en los que pueden decidir entrar.

Niño jugando
Esto, aplicado a la escolarización o a la educación en casa, supone que el sistema de aprendizaje sea mucho menos estructurado que este al que estamos acostumbrados. Los recursos y los adultos tienen que estar ahí, abiertos al niño y también mostrándole de forma vivencial formas de vida e intereses amplios.

El Unschooling como sistema de enseñanza tiene grandes ventajas. El niño tiene mucha más libertad para decidir y no es preciso estructurar los temarios y los tiempos previamente, porque el mismo educando decidirá y nos mostrará cuando y como hacerlo. El niño, además, se convierte en una persona con confianza en su capacidad, que investiga por si mismo, que aprende con amor. Un autodidacta capaz de pensar por si mismo y decidir lo que desea hacer.

Por contra, hay que estar prevenido para poder ofrecer suficientes estímulos y dejar alguna materia importante de lado. El padre o educador puede sentirse inseguro, ya que él mismo no ha aprendido así y no tiene la esa seguridad que nos dan los programas y las calificaciones.

El clima hoy

Os pongo un ejemplo, no completo, ya que mi hijo además recibe educación formal, pero en su aprendizaje han sido sus intereses lo que le han hecho aprender de verdad y querer aprender más.

Cuando tenía menos de dos años preguntaba las letras y lo que decían las palabras escritas. Aprendía a leer a su ritmo y habría aprendido cuando hubiese querido. En realidad, se paró cuando empezaron a decirle lo que tenía que aprender cada día. En cuanto lo sentaron a hacer fichas. Y se olvidaron de que los cachorros humanos aprenden jugando y aprenden por si mismos.

Le fascinan los animales. Desde muy pequeño. Tiene cientos de libros, primero infantiles, ahora enciclopedias enormes. Ha ido eligiendo los temas que se abrían, a los que llevaba cada uno de los anteriores, lanzándose emocionado a ellos, hasta dominarlos según sus intereses.

las placas terrestres

A partir de esta fascinación se introdujo en las Ciencias Naturales, no sólo los animales. Sabe cuales son los periodos geológicos de la Tierra, conoce cientos de animales prehistóricos, como influye en el clima el hombre, como son los ecosistemas y los climas en cada parte de la Tierra.

Ha aprendido Geología y Geografia del Mundo, Astronomía, Biología. Ha preguntado sobre como funciona el cuerpo humano y como nace la vida. Los genes, los átomos, la Naturaleza del Universo, el Big Bang.

Leer se le hizo necesario para aprender más. Pinta con cuidado los animales que le interesan, investigando sobre su alimentación y comportamiento. Ha querido saber sobre el origen del hombre y nuestros antepasados.

Y desde eso, entró en la Historia. Roma, América, Egipto, la Biblia, el Islam, la Historia del Cristianismo, los grandes inventos y descubrimientos. Ahora está en esto, aprendiendo cada día, pidiéndome que le enseñe cosas, que le busque información, que le cuente lo que se y lo que yo, esforzada, voy aprendiendo junto a él.

Ahora me pide que le hable de Química y de Filosofía, para entender los porqués de las cosas que sabe, como funcionan, donde nos llevan. Ama aprender y elegir su camino de aprendizaje. Ahora tiene ocho años, pero todo el proceso de aprendizaje se gestó desde que con tres o cuatro años, empezó a demandar temas que le interesaban a él, y, sin guiarlo, diseñó su propio curriculum personal.

Todo esto le ha servido cien millones de veces más que lo que ha aprendido en un pupitre, que lo que ha repetido en un examen. Tiene ocho años y sabe cosas que él ha decidido saber.

Cuando pienso en lo que habría sido aprender así, libremente, me siento frustrada. Perdí tanto tiempo aprendiendo cosas que me importaban nada, haciendo ejercicios repetitivos rebosando hastío.

Y en cambio, fue tan rico el aprender lo que yo quería, buscando entre la biblioteca de mi padre, leyendo y dejándome fascinar por lo que me interesaba, que concluyo que nada de lo que aprendí forzada me ha dejado ninguna huella. La Historia, la Filosofía, la Música, la Literatura, la Ciencia, todo lo que recuerdo, lo decidí aprender yo sola. ¿No os pasa a vosotros lo mismo?

Por eso yo tengo gran confianza en el Unschooling, especialmente en los niños más pequeños. Confiando en su deseo natural de aprender, de preguntarnos por la vida y lo que les rodea, se puede conseguir que aprendan con placer e interés. Cuando son más mayores ellos mismos piden estructura, contenidos organizados, según sus intereses e incluso pedirán cosas que les cuesten esfuerzo, porque dominar conocimientos les permitirá avanzar más y más.

Más información | The Caribbean Center of Home Education Resources, Libres como el volcán

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