Cómo afecta el estrés a la madre durante el embarazo
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Cómo afecta el estrés a la madre durante el embarazo

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Se sabe que el estrés durante el embarazo afecta directamente al bebé, y se puede manifestar a través de un bajo peso al nacer, en en su desarrolo cerebral, asma infantil), pero ¿y a nosotras? Por supuesto, el estrés nos pasa factura, y no solo nos referimos a ese estado mental que nos lleva a sentirnos agobiadas y agotadas, sino a consecuencias fisiológicas que pueden aparecer incluso tras haber dado a luz.

¿Qué tipo de estrés estoy sufriendo?

Con el ritmo de vida que llevamos, es casi imposible no sufrir de estrés. Si a eso le sumamos las implicaciones que puede tener el embarazo a nivel laboral, o incluso a los problemas que se pueden presentar en la gestación, nos pueden llevar incluso a no disfrutar de él. Por eso debemos tener en cuenta que el estrés en este momento actúa como una bola de nieve: a mayor estrés, mayor posibilidad de sufrir complicaciones, y así sucesivamente.

  • Estrés laboral: aunque algunos estudios señalan que seguir con la rutina laboral durante el embarazo generalmente nos resulta beneficioso, es verdad que hay algunas características que sí pueden afectar nuestros niveles de estrés, como las jornadas laborales muy amplias, un ambiente poco relajado (con ruidos, teléfonos sonando a todas horas, una temperatura poco agradable), baja recompensa, o un apoyo social bajo o inexistente. Además, cuando estamos embarazadas empezamos a notar que la conciliación es un problema cuando tenemos que hacernos muchas analíticas, por las clases de preparación al parto, porque debemos tomarnos alguna baja o directamente debemos hacer reposo en casa.

  • Estrés emocional: puede aparecer por algún evento puntual, por la acumulación de problemas o simplemente porque estamos predispuestos a ello. Cuando estamos padeciendo este tipo de estrés es habitual tener problemas para concentrarnos, sentir ansiedad, sentirnos desmotivados o tener drásticos cambios de humor.

  • Estrés por alguna mala experiencia previa: si te ha costado quedarte embarazada, si has sufrido una pérdida anteriormente o un embarazo complicado, también es normal sentir estrés. Esos miedos que nos invaden a las mujeres nos enfrentamos a una responsabilidad tan grande como lo es la de llevar una vida dentro, pueden aumentar con el paso del tiempo y llevarnos a una situación que requiere ayuda profesional.
  • Estrés post-traumático: la principal causa de este tipo de estrés es el temor que podemos sentir al parto, o aun deterioro en nuestro estado o en el de nuestro bebé.

¿Cómo nos afecta el estrés a las mujeres durante el embarazo?

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A todas las personas nos afecta el estrés, pero durante el embarazo esto puede ser más grave porque pueden incidir directamente en nuestro estado de salud y en el del bebé. A corto plazo puede provocarnos insomnio, cansancio, aumento de la presión arterial, ansiedad, desórdenes alimentarios y dolores tanto de cabeza como musculares.

A largo plazo, cuando el estrés se hace crónico, el panorama se puede complicar, ya que puede disminuir nuestra resistencia a enfermedades infecciosas (el cerebro está conectado al intestino, y el segregar mayores niveles de cortisol puede modificar nuestra microbiota intestinal), depresión e incluso puede llegar a provocar partos prematuros o abortos espontáneos.

A nivel mental, sufrir estrés en nuestro día a día es el caldo de cultivo para padecer de patologías más graves como ansiedad, depresión, e incluso depresión postparto.

¿Cómo podemos combatir el estrés durante el embarazo?

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Es importante tener en cuenta que el estrés no se genera por un suceso en particular. Este se refiere más a las sensaciones que nos genera y a la forma en la que nos enfrentamos a ellas, así que el mejor camino a tomar es prepararnos física y psicológicamente a los cambios físicos y psicológicos que vamos a tener.

  • Organiza tu agenda: cuando estamos embarazadas es normal sentir una imperiosa necesidad de dejar "tareas acabadas" (un ejemplo de ello es el famoso síndorme del nido), pero no hace falta que elimines los pendientes de tu lista lo más rápido posible, sino respetando el ritmo que te permite el cuerpo.
  • Dedica momentos exclusivos para cuidarte: sentir que nos estamos cuidando puede ayudar a disminuir la presión del día a día, por eso es una sana costumbre que debemos velar por mantener después del parto.
  • Duerme al menos ocho horas al día: el descanso es primordial para recuperarnos del ajetreo diario y más si estamos embarazadas. Trata de desconectar con alguna actividad relajante antes de ir a la cama y procura hacerla lo más cómoda posible (por ejemplo, con un cojín para embarazadas).
  • Haz deporte: practicar deporte aumenta la producción de endorfinas, lo que genera mayor sensación de bienestar, y también nos ayuda a asimilar mejor los cambios físicos que experimentamos durante la gestación. Salir a caminar, practicar yoga o nadar pueden ser unas excelentes opciones.
  • Practica el mindfulness: esta técnica de relajación nos puede ayudar a mejorar nuestro estado emocional a través de ejercicios de respiración y de yoga. Es una gran opción para trabajar la aceptación, una herramienta muy útil a la hora de gestionar cualquier tipo de situación a la que nos enfrentemos.
  • Delega: debemos aceptar que no podemos controlarlo todo y que esto se agudizará cuando el bebé nazca. Tanto en el trabajo como en casa, al convertirnos en madres, es sano delegar las responsabilidades y aceptar que otras personas (y principalmente el padre), pueden hacer las cosas tan bien como nosotras mismas.
  • Habla con un profesional: a veces el estrés puede alcanzar unos niveles tan altos que podemos requerir la ayuda de un profesional. Es importante derribar tabúes sobre nuestra salud mental e ir a terapia es uno de ellos, porque muchas veces podemos manejar mejor cualquier situación cuando tenemos ante nosotras otros puntos de vista distintos al nuestro.

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