No existe relación entre las ecografías en el embarazo y la posibilidad de padecer TEA, un estudio lo analiza

No existe relación entre las ecografías en el embarazo y la posibilidad de padecer TEA, un estudio lo analiza
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El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un grupo de trastorno neurológicos que afectan la capacidad para comunicarse y relacionarse con las demás personas, y del cual se desconoce con certeza qué es lo ocasiona.

En los últimos años, se ha visto un incremento en los casos de autismo, por lo cual se han realizado diversos estudios que buscan encontrar lo que podría estar ocasionando esto. El más reciente de ellos, analiza la relación entre el aumento del uso de ecografías y la probabilidad de padecer algún TEA.

Este nuevo estudio, publicado en JAMA Pediatrics, se dio a la tarea de investigar si el creciente número de ecografías durante el embarazo estaba relacionado con el aumento de los casos de TEA, que de acuerdo con el estudio, actualmente afecta a 1 de cada 68 niños.

En estudio realizados en animales, se encontró que las ecografías podrían afectar la migración neuronal de manera adversa, por lo que esto hizo que se preguntaran acerca de su influencia en los casos de autismo. Para ello se midió la cantidad, duración y fuerza (amplitud, velocidad, frecuencia y longitud de onda) de las ecografías, en niños que después presentaron algún TEA, retrasos en el desarrollo y en niños con desarrollo típico o normal.

Para este estudio de control, se contó con la participación de 420 niños, de los cuales 107 tenían algún TEA, 104 presentaban un retraso en el desarrollo y 209 tenían un desarrollo normal. La información acerca de las ecografías de cada niño se obtuvo de sus registros médicos de sus madres durante el embarazo y parto en el centro médico de Boston, entre el 1 de julio de 2006 y el 31 de diciembre de 2014. Todos los niños nacieron durante o después de la semana 37 de gestación.

El estudio encontró que no existe una relación entre la cantidad y la duración de las ecografías realizadas durante el embarazo y la posibilidad de padecer algún TEA. Sin embargo, las ecografías que presentaban mayor amplitud podrían estar asociadas a perturbaciones en la migración neuronal y la posibilidad de padecer TEA en el futuro.

La amplitud de una ecografía incluye la longitud de onda, que es la distancia que recorre la onda para completar un ciclo o periodo. en este caso, se encontró que las madres de niños con autismo tenían ecografías más profundas que aquellos que tenían un desarrollo normal o con retraso. La profundidad del ultrasonido se refiere a la distancia que existe entre la piel de la madre, que es donde se coloca el transductor o cabezal de la máquina de ecografías, y donde se encuentra el bebé.

Este tópico de la profundidad de las ecografías podría estar relacionado con un estudio de hace algunos años, en los que se analizó la relación que existía en la obesidad durante el embarazo, con la posibilidad de que el bebé padeciera autismo en el futuro, encontrado que las mujeres con obesidad tenían un 60% más de posibilidades de tener un hijo con autismo.

Diversos estudios y científicos coinciden en que el autismo podría ser ocasionado por una serie de diversos factores tanto genéticos como ambientales, aunque la investigación actual sugiere que en el autismo se encuentran implicados más de 15 genes y aún hace falta mucho por continuar estudiando en este tema. Pero en general, los investigadores concluyen que por sí solas, las ecografías no ocasionan algún TEA, ni hay evidencia de que causen retrasos o deficiencias en el desarrollo, por lo que son seguras de realizarse por profesionales médicos.

Foto | iStock
Vía | Science News
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