¿Estaré de parto? Cómo diferenciar las contracciones
Embarazo

¿Estaré de parto? Cómo diferenciar las contracciones

Las contracciones del parto son bien conocidas (y temidas) pero lo que no se sabe tanto es que, a lo largo del embarazo y sobre todo en su recta final, hay otros tipos de contracciones que las mujeres notan con mayor o menor intensidad. ¿Cómo diferenciar las contracciones de parto? A continuación explicamos todo lo que tienes que saber sobre las distintas contracciones y conocer cuándo ha llegado el momento de que nazca tu bebé.

Para que el bebé atraviese el canal del parto es necesario este proceso fisiológico. En otras palabras: no hay parto sin dilatación y para que haya dilatación deben producirse contracciones de parto (otro asunto son los partos por cesárea, evidentemente).

Qué son las contracciones (y para qué sirven)

El útero donde se aloja el feto es un músculo con forma de bolsa. Está formado por células musculares lisas que se contraen de forma involuntaria, sin que la mujer pueda hacer nada por controlarlas o relajarlas. La contracción uterina es sensible a los cambios hormonales durante el embarazo, pudiendo los estrógeno, la oxitocina o las prostaglandinas influir en ella.

Hay dos cambios fundamentales en el organismo de la mujer embarazada para que se pueda producir la contracción del útero. Mientras que los niveles de progesterona disminuyen paulatinamente, facilitando así las contracciones uterinas, al mismo tiempo los niveles de estrógenos aumentan, haciendo que el útero se encuentre más predispuesto si cabe a generar contracciones.

Pero lo que verdaderamente desencadena este tipo de contracciones uterinas es la presencia de oxitocina (la "hormona del parto" favorece la entrada de calcio a las células musculares, un elemento esencial en la contracción muscular) y prostaglandinas (también provocan la contracción de la musculatura lisa; se forman en el propio útero y las contiene el semen en baja cantidad).

Dada la importancia de las hormonas en el desencadenamiento del parto, si este se retrasa se puede recomendar la inducción mediatizada. Pero recordemos que la inducción del parto, según la OMS debe limitarse a determinadas indicaciones médicas y en ningún caso debería sobrepasar el 10% de los partos.

La señal más clara de que estás experimentando una contracción es el endurecimiento del abdomen. Si son contracciones de parto verdadero, también sentirás dolor.

A partir de la semana 20 de embarazo, se suele entrenar el útero para el proceso de parto gracias a las contracciones "falsas", fisiológicas o de Braxton Hicks. El útero contrae sus músculos preparándose para las contracciones reales que ayudarán al bebé a atravesar la matriz en el momento del parto. De este modo, empezando los procesos previos de borramiento cervical o del cuello uterino y dilatación, se está ayudando al parto antes de que comience realmente.

En realidad, nos encontramos en la primera fase del parto, la fase de dilatación precoz o latente, que consiste en este ablandamiento del cuello uterino, que puede llegar a los 3 o 4 centímetros (y conviene que así sea para tener ya parte del camino recorrido: llegamos al parto con esos centímetros "de ventaja" y con el cuello del útero borrado, es decir, ya adelgazado y acortado).

En las últimas diez semanas de embarazo se produce un fenómeno que va a ayudar a que aparezcan contracciones mas frecuentes: el útero aumenta más lentamente de tamaño que el feto. Como consecuencia se produce una distensión de la pared uterina que por vía refleja provoca una mayor secrección de oxitocina en el hipotálamo y consiguientemente un aumento lento pero progresivo de la actividad uterina (es el llamado "reflejo de Ferguson-Harris").

Las hormonas prostaglandinas, liberadas por ejemplo con la rotura de membranas, también son muy importantes para que comiencen las primeras contracciones eficaces del parto que empujan al feto pelvis abajo, hacia el cuello del útero. Cuando el feto desciende, se desencadena un proceso que libera la hormona oxitocina en grandes cantidades y el reflejo

Nos situamos en la siguiente fase del parto: la dilatación activa, cuando las contracciones van abriendo poco a poco el diámetro del cérvix hasta que alcanza los 10 centímetros de dilatación necesarios para que el bebé pueda nacer.

Contracciones falsas y contracciones de parto

Embarazada

A continuación vamos a aprender a diferenciar las contracciones falsas de las de parto.

Las contracciones "falsas" o contracciones de Braxton Hicks son aquellas que preparan el organismo para el nacimiento. Se dan sobre todo en el tercer trimestre. Las primeras contracciones que nota la embarazada como una tensión en la barriga (no son dolorosas y duran poco tiempo) son irregulares, suelen ocurrir al final del día o después de algún esfuerzo.

Para algunas mujeres puede haber una sensación de dolor similar al de un calambre o de menstruación, pero leve. Y aunque pueden notarse a partir de la segunda mitad de embarazo, para muchas mujeres no serán claramente perceptibles hasta el final de la gestación. Es entonces, cuando el momento del parto se acerca, cuando la frecuencia de las contracciones aumenta.

El cuerpo se va preparando mejor para el gran momento, pero estas contracciones siguen sin ser regulares ni muy intensas, como las del parto, aunque pueden provocar algunas molestias.

Entre unas y otras contracciones en ocasiones se señala la presencia de otro tipo, "las contracciones preparto": son contracciones más intensas que las de Braxton Hicks pero no son las del trabajo de parto propiamente dichas, empiezan a ser más frecuentes y pueden causar alguna molestia, sin ser rítmicas. ¿Y como las diferencio de las contracciones que inician el parto?

En un momento dado, se desencadena el parto verdadero. Hasta hace poco no se conocía exactamente cuándo se desencadena el mecanismo del inicio del parto y existen varias teorías. Parece ser que ese mecanismo que pone en marcha el parto es una señal que proviene de los pulmones que comunica que estos ya están maduros y preparados para comenzar a respirar fuera del útero.

Entonces, gracias a un complejo de factores biológicos sincronizados entre la madre y el bebé, empezarían las verdaderas contracciones de parto, aquellas que indican que el parto ya está aquí, tienen unas características particulares:

  • Son más fuertes y, por lo tanto, más dolorosas. El dolor va creciendo en intensidad conforme la dilatación se hace más evidente.
  • Son contracciones cada vez más regulares y rítmicas, es decir, que se repiten con intervalos menos variables.
  • Las contracciones de parto se intensifican con la actividad (en lugar de aminorar como con las falsas contracciones), y no desaparecen al descansar o cambiar de posición.
  • Duran cada vez más tiempo (entre 30 y 70 segundos).
  • Las contracciones de parto se perciben como calambres en la parte baja de la espalda o como intensos dolores menstruales.
  • Pueden ir acompañadas de retortijones abdominales y diarrea.
  • El dolor puede localizarse en abdomen y parte baja de la espalda o extenderse hacia las piernas (aunque esto puede suceder también en las falsas contracciones, en el parto el dolor es mucho más intenso).
Cuando hay al menos dos o tres contracciones cada diez minutos y el cuello alcanza un dilatación de 2-3 centímetros se puede decir que se ha desencadenado el parto.

Estas contracciones de parto por lo general van acompañadas de otras señales que indican que el bebé está a punto para nacer, como veremos en el apartado siguiente. Pero sin duda te serán fácilmente reconocibles, ya que se trata de unas sensaciones nunca antes vividas en el embarazo.

Cuando la cosa se pone seria y la dilatación aumenta, ya en el hospital muchas mujeres deciden optar por el alivio farmacológico del dolor, como con la epidural, y también existen unos métodos naturales para aliviar el dolor, como la libertad de movimientos, técnicas de relajación... y por supuesto la respiración.

Se acerca el día del parto

Contracciones en el parto

A las mujeres embarazadas les gusta predecir que el bebé está a punto de llegar. ¿Cómo hacerlo, cómo saber que se acerca el día? Hay varias señales de que se acerca el parto, como el encaramiento del bebé, una sensación creciente de presión en la pelvis y el recto, expulsión del tapón mucoso... Una de estas señales es la intensificación de las contracciones de Braxton Hicks. Este tipo de "falsas" contracciones habituales pueden volverse más frecuentes, intensas e incluso dolorosas.

Pero no será hasta que tengas contracciones rítmicas, progresivas e intensas que llegan a un ritmo de dos o tres contracciones cada diez minutos, cuando es hora de ir al hospital: es entonces cuando el cuello del útero debe haber empezado su dilatación (que tiene que llegar a diez centímetros para que el bebé pueda atravesarlo) y se inicia el parto.

En cuanto notes estas contracciones es que ha llegado el gran momento: queda muy poco para que conozcas al bebé. Pero, ¿se puede iniciar el parto sin contracciones? Si se rompe el saco amniótico (rotura de fuente, de aguas o de bolsa) sin contracciones anteriores, algo que sucede alrededor del 15% de los casos, lo normal es que, de nuevo, hagan su aparición más tarde o más temprano las contracciones de parto: la mayoría de las mujeres entrará en trabajo de parto espontáneamente al cabo de 24 horas.

Antes de las contracciones de Braxton Hicks y las contracciones de parto, existen otro tipo de contracciones, más leves e imperceptibles por lo general y también están los entuertos o contracciones postparto, que ayudan al útero a la expulsión de la placenta (fase de alumbramiento) y a recuperar su tamaño habitual después de la fase expulsión, cuando el bebé ya ha nacido.

Entonces, ya habrás experimentado los distintos tipos de contracciones y no te será difícil diferenciarlas si ya has tenido un bebé. Ya ha pasado "lo peor" y el esfuerzo ha valido la pena, ya tenemos a nuestro niño o niña.

Fotos | iStock
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