Los movimientos del bebé en las últimas semanas de embarazo

Los movimientos del bebé en las últimas semanas de embarazo
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Las últimas semanas de embarazo son una etapa muy especial, cuando el deseo de ver por fin la carita de nuestro hijo se mezcla con el miedo al parto y la confusa sensación de tristeza porque termine una de las etapas más maravillosas y únicas de nuestra vida: el embarazo.

Pero mientras llega el momento del nacimiento, aún nos quedan momentos maravillosos que vivir con nuestro pequeñín, ya que en la recta final de la gestación, a partir de la semana 35, sentimos más intensamente sus movimientos dentro de nuestra tripa porque tiene menos espacio, lo que nos anima a comunicarnos más con él.

Porque, aunque los movimientos fetales son percibidos por las madres aproximadamente a partir de la semana 18-22, alcanzan su máxima intensidad a partir de la semana 28, en la que notamos perfectamente los movimientos de sus extremidades, que reconocemos como las "pataditas". Así lo señala la doctora Zaida Furió, ginecóloga del Hospital Vithas Aguas Vivas (Valencia) quien nos explica qué percibimos y por qué en la última etapa el embarazo, y cómo podemos saber que nuestro bebé se prepara para conocernos.

Así percibimos los movimientos de nuestro bebé en el útero

Durante las primeras semanas de embarazo, los movimientos van aumentando en intensidad y frecuencia, hasta la semana 28 de gestación. A partir de entonces puede producirse una disminución en la percepción de los movimientos fetales en cierros momentos por un aumento de los periodos de sueño del feto, situación totalmente fisiológica y normal durante el tercer trimestre de la gestación.

Además, aunque puede haber muchas diferencias entre un bebé y otro, al comienzo de la semana 35 nuestro pequeñín pesa alrededor de 2,400 kilos y mide 47 cm. Desde aquí hasta el momento del parto crece a un ritmo acelerado: entre 200 y 300 gramos por semana. Eso significa que cada vez tiene menos espacio y podemos sentir movimientos más bruscos: patadas, codos, puños... También notamos claramente unos latidos rítmicos cuando nuestro bebé tiene hipo. Según la doctora, "estos movimientos respiratorios, se pueden considerar signo de bienestar fetal".

Mientras estés en movimiento, realizando tus tareas diarias, puede ser que no seas consciente de los movimientos que realiza tu bebé. También hay otros factores que pueden alterar la percepción de los movimientos fetales, como la cantidad de líquido amniótico, el sobrepeso, el estrés materno, el consumo de determinados fármacos, el ayuno prolongado o largos periodos de tiempo de pie. Al permanecer de pie.), el propio peso del bebé en el interior del útero, lo hace situar un poco más abajo y no tiene tanta libertad para moverse.

Por eso, es recomendable que te tumbes tranquila ligeramente sobre el lado izquierdo para poder sentir claramente cómo se mueve. En esta posición, la columna vertebral queda más distendida, y el bebé posee mayor libertad de movimiento en el líquido amniótico. Comprobarás lo maravilloso que es sentir al bebé en tu interior. Podrás estimularlo y comunicarte con él a través de caricias en la tripa y al ponerle música o hablar con él, aunque no está demostrado que pueda escuchar nada del exterior.

Porque en el último trimestre de gestación el bebé responde a estímulos de sonido y movimiento. Siente las caricias de la madre, ve la luz a través del vientre y, por supuesto, escucha las voces de quienes le rodean y especialmente la de mamá. Ya recuerda y siente el entorno, y reacciona intensamente a las tormentas emocionales o el cansancio de la madre.

Pararse a sentir al bebé para comprobar que está bien

Descanso

Es importante tomar consciencia acerca de los movimientos fetales a lo largo de los nueve meses y, por supuesto, al final del embarazo, porque nos indican un correcto bienestar fetal. La disminución en la percepción materna de estos movimientos se ha relacionado con ciertas situaciones de riesgo para el bebé: nacimiento prematuro, bajo peso al nacer o incluso puede indicar situación de riesgo vital que acabe con la pérdida del bebé.

Pero ningún feto se mueve igual a otro, ni con la misma intensidad ni con el mismo ritmo. Cada bebé tiene sus pautas, por lo que la madre debe observarlos para hacer un seguimiento. Como tienen un modo de moverse diferente y no hay un patrón de movimiento ideal, lo importante es comprobar que su nivel de actividad no cambia demasiado, para saber que todo va bien.

Lo habitual es que durante el día, con la actividad materna, el bebé se quede tranquilo y se mueva menos, mientras que, por la noche, en cuanto la madre se tranquiliza, termina el efecto 'mecedora' y el bebé suele estar más activo.

También influye la alimentación en su actividad: al consumir alimentos dulces se incrementan los niveles de glucosa en sangre de la mamá, que pasarán al bebé a través de la placenta. Eso se traduce en una mayor actividad del bebé dentro del útero.

No hay que preocuparse si el bebé se mueva demasiado, ya que es un signo de salud y bienestar.

Cuando la mujer tiene dudas sobre si hay suficiente actividad fetal, a partir de la semana 30 o 32 aproximadamente, la doctora Zaira Furió recomienda realizar un contaje dirigido del número de movimientos.

  • Lo recomendable es hacerlo siempre la misma hora del día, como por la noche después de la cena, cuando suelen estar más activos.

  • Tumbada ligeramente de lado, anota la hora en que empiezas y cuenta diez movimientos del bebé, que puede ser desde una patada enérgica, un suave movimiento, una vuelta o un estremecimiento.

  • Apunta ahora la hora en la que el bebé ha realizado el décimo movimiento. Normalmente realizan los diez movimientos en un lapso de dos horas, aunque hay bebés más activos que pueden realizarlos en menos de media hora.

Puede también que algunos días realice los diez movimientos en veinte minutos y al día siguiente en dos horas, pero lo importante es que no pasen más de dos horas sin que notes movimientos si el bebé está despierto. Aún así, no es un conteo exacto. Ten en cuenta también que hacia el final del embarazo el bebé tiene menos espacio para moverse y puede que su actividad disminuya un poco durante las últimas semanas.

"Acude al médico si no has sentido al bebé moverse en todo el día, si cada día tarda más tiempo en realizar los diez movimientos o si pasan más de dos horas entre el primero y el último".

Además, se debería comentar con la matrona o con un ginecólogo, si se detecta un cambio en el patrón habitual de movimientos fetales. E ir inmediatamente a urgencias si hay una ausencia completa de movimientos durante dos horas tras haber ingerido algún alimento rico en azúcar.

Fotos | iStock

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