Pruebas prenatales IV: Triple Screening

Pruebas prenatales IV: Triple Screening
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El triple screening o triple test es uno de los test fundamentales dentro de las pruebas prenatales que realiza el ginecólogo a la embarazada. Es simple, consiste en una análisis de sangre en el que se miden unos parámetros especiales que según se encuentren aumentados o disminuidos, pueden indicar si existe alguna alteración en el feto.

Estas sustancias son diferentes hormonas y proteínas que se sintetizan en la placenta y en feto:

  • Alfafetoproteína (AFP): en una proteína que se forma en el hígado del feto. Cuando su concentración se encuentra aumentada puede indicar que el bebé padezca espina bífida (defecto del cierre del tubo neural). En ese caso está recomendada la realización de la amniocentesis. También se eleva si el embarazo es múltiple. Si los niveles están disminuidos, podría indicar síndrome de Down o alguna otra alteración cromosómica
  • Gonadotropina coriónica humana (HCG): es una hormona que se sintetiza en la placenta. Cuando está elevada puede indicar síndrome de Down u otras cromosomopatías.
  • Estriol libre (no conjugado): procede tanto del feto como de la placenta. Niveles bajos se encuentran cuando el feto padece síndrome de Down.
  • En algunos laboratorios se mide un cuarto parámetro: la inhibina A (lo que se denomina prueba de detección cuádruple).
Los resultados de estos tres compuestos, se analizan y se combinan, según edad gestacional, raza, edad y peso de la mujer, estimando así las probabilidades de que el futuro bebé pueda tener alguna enfermedad. Puede descartar enfermedades cromosómicas, defectos del tubo neural y trisomías como el Síndrome de Down.

La ventaja de esta prueba es que no es invasiva y aunque los resultados que arroja son puramente estadísticos, son bastantes fiables. El nivel de fiabilidad es de un 60%.

En mujeres menores de 35 años, detecta entre el 75 y el 85 por ciento de las alteraciones del tubo neural y el 60 por ciento de los casos de Síndrome de Down. En mujeres mayores de 35 años detecta el 75 por ciento de las anomalías del tubo neural y de los casos de Síndrome de Down .

Además puede indicar si es necesario o no realizar otras pruebas que resultan más invasivas como la amniocentesis o la biopsia coriónica, para confirmar los resultados del análisis.

Se realiza en el segundo trimestre de embarazo, aproximadamente durante la semana 16 ó 17 de gestación.

Riesgos: no implica ningún riesgo para la madre ni para el bebé. Es importante tener en cuenta que no es una prueba diagnóstica sino indicativa. Por eso en ocasiones fallan y provocan angustias y alarmas innecesarias. De hecho, solamente el 10 por ciento de las mujeres con resultados anormales tienen bebés con problemas congénitos.

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