Cuando tu bebé es alérgico y debes llevar una dieta para seguir amamantándole

Cuando tu bebé es alérgico y debes llevar una dieta para seguir amamantándole
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Mi hijo mayor fue alérgico a las proteínas de leche de vaca durante sus seis primeros años de vida, y mis otros dos peques también lo fueron hasta que cumplieron 12 meses, sumándose además otras alergias alimentarias como el huevo y la soja.

A los tres les di lactancia materna, pero por indicación médica tuve que hacer dieta exenta de los alimentos que les provocaban alergia, y reconozco que al principio no fue fácil. Por eso, con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna que estamos celebrando estos días, me gustaría compartir mi experiencia con este tema y dedicar unas palabras a todas las madres que se encuentran actualmente en esta situación, y que en ocasiones resulta tan difícil de llevar.

Mi primera lactancia libre de lácteos: un sacrificio que me pudo

El diagnóstico de alergia a las proteínas de leche de vaca (APLV) de mi primer hijo llegó en su tercera semana de vida, y me cayó como un jarro de agua fría. No había oído hablar nunca de esta alergia, y además me sentía muy culpable pensando que aquellos primeros biberones que le había dado en el hospital pudieron haber desencadenado el problema.

Estaba dando pecho a mi hijo, pero tras el diagnóstico de APLV los médicos me explicaron que debía hacer dieta libre de lácteos para seguir amamantándole sin riesgo para su salud. Y confieso que aquello me supuso un esfuerzo titánico.
Lactancia Materna

Amamantar a un bebé con APLV es posible, pero requiere de mucha ayuda profesional, apoyo e información, algo que hace nueve años no me fue fácil encontrar. Informaciones contradictorias, falsos mitos y grupos de lactancia en donde todavía no se oía nada acerca de esta alergia alimentaria en lactantes, causaron mucha mella en mí.

Si a esto unimos la cantidad de alimentos que de pronto me fueron prohibidos sin darme más explicación ni alternativas, las revolucionadas hormonas post-parto, y sobre todo, el altísimo nivel de ansiedad que me provocaba la delicada salud de mi bebé, el cóctel fue explosivo y dos meses después decidí poner fin a nuestra lactancia.

Mis siguientes lactancias libres de lácteos: la experiencia es un grado

Pero aquella decisión me pesó tanto que durante mucho tiempo me dediqué a leer, informarme y entrevistarme con profesionales del ámbito de la salud y la nutrición que me dieron muchas claves para entender más acerca de la APLV y la lactancia materna exenta de lácteos (o de cualquier otro alimento al que el bebé sea alérgico).

Supe entonces que aunque la dieta exenta puede implicar muchos sacrificios, es posible hacerla si se cuenta con la ayuda adecuada:

Y así fue como gracias a la información recabada y a la cantidad de apoyos que recibí, me enfrenté de otro modo a las lactancias de mi segunda y tercer hijo, que además también fue diagnosticado de alergia al huevo y a la soja. Me sentía más fuerte y confiada, y la experiencia de mi primera lactancia también me fue de gran ayuda.

Si estás en esta situación, busca apoyo

Ser mamá puede ser duro a veces, y en algunas ocasiones la lactancia materna también lo es. Si a todo esto unimos un diagnóstico de alergia alimentaria en nuestos bebés y que afecta directamente a nuestra alimentación, es normal sentirse desbordada por los acontecimientos.

Quizá haya madres a las que no les cueste ningún trabajo hacer esta dieta, y la asumen y llevan a cabo sin prácticamente esfuerzo. Pero para otras, un cambio radical y repentino en su alimentación puede implicar un durísimo sacrificio al que deben hacer frente sin la menor dilación ni duda. Y en estos casos es muy importante entender a la madre, no juzgar sus decisiones, respetar sus sentimientos y sobre todo, apoyarla.

Por eso, si tu bebé acaba de ser diagnosticado de APLV (o cualquier otra alergia alimentaria), le estás dando el pecho y deseas seguir haciéndolo, mi primer consejo es que busques ayuda para seguir con tu lactancia.
Bebidas Vegetales

Hoy en día existen en el mercado muchas alternativas a la leche, así como marcas aptas, fabricantes cada vez más concienciados, y tiendas especializadas que cuidan y miman al colectivo alérgico.

Además, te recomiendo que te pongas en manos de un nutricionista que te ayude a elaborar un menú equilibrado, pues es muy importante que durante la lactancia la madre no tenga carencias nutricionales.

Y desde mi experiencia, también te aconsejo que busques grupos de apoyo a la lactancia, donde además puedas charlar con otras madres en tu misma situación, sentirte comprendida y compartir dudas, miedos y alegrías. Porque dar el pecho a un bebé alérgico puede suponer un gran sacrificio, pero ver cómo va creciendo sano y feliz cada día es la mayor de las recompensas.

Fotos | iStock

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