"Somos padres maravillosos, aun con nuestras imperfecciones", hablamos con Lucía, mi pediatra

"Somos padres maravillosos, aun con nuestras imperfecciones", hablamos con Lucía, mi pediatra
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Lucía Galán es la pediatra que todos querríamos que atendiera a nuestros hijos: nos explica las cosas de manera comprensible, nos resuelve todas las dudas y encima nos dice que somos unas madres maravillosas.

Es la autora del blog Lucía, mi Pediatra, con más de 15 millones de visitas y premiado con Premio Bitácoras al mejor blog de salud e innovación científica. Ahora, publica su tercer libro con la editorial Planeta, El viaje de tu vida, en el que desgrana, con su experiencia y sensibilidad, facetas de la maternidad de las que no se habla habitualmente.

En este tercer libro te acercas a “eso que no te cuentan de la maternidad”, como el posparto. ¿Te encuentras con muchas madres a las que se les hace cuesta arriba esta etapa?

Muchos padres, sobre todo primerizos, se encuentran totalmente perdidos en esas primeras semanas, que pueden ser muy duras. Los pediatras vemos mucho a las madres en pleno posparto porque en los primeros dos-tres meses hay muchas revisiones. Siempre me ha llamado la atención la cantidad de información y recursos para el recién nacido pero, ¿quién se ocupa de la recién mamá y del recién papá? Uno no se da cuenta del tsunami emocional que es tener un hijo hasta que lo vives y lo sientes y a mí ni en la carrera ni en las prácticas nadie me avisó ni me explicó cómo había que tratar a estas madres. De hecho, en lo personal, cuando pasé por ello me sentí bastante sola.

¿Cuál es la clave para dar apoyo a las familias en esta etapa?

Muchísima empatía. Hay que dedicar la mayor parte de la consulta a escuchar y acompañar. Preguntarles a los padres qué les preocupa, qué necesitan, en qué podemos ayudarles y dar consejos sin emitir jucios de valor, sin el adoctrinamiento que a veces destilan algunos comentarios.

"Los pediatras tenemos que escuchar más a los padres en la consulta"

¿Por qué cuentas en tu libro que la perfección es nuestra enemiga?

La perfección no existe en nosotras, no existe en nuestros hijos, en nuestras parejas ni en nuestra vida. Este ideal de perfección lo único que genera es un sentimiento de culpa cuando descubres que no llegas ni vas a llegar. El nivel de exigencia propio y por parte de la sociedad es tan elevado que, o empezamos a asumir que somos padres maravillosos aun con nuestras imperfecciones y aun sin llegar a lo que se espera de nosotros, o vamos a ir con una mochila de culpa arrastrando durante todo el viaje.

¿Qué les dirías a unos padres que se sienten culpables porque no pasan suficiente tiempo con sus hijos?

Les diría: tranquilos, lo estáis haciendo bien. Unos días llegarás, otros días no. No te culpes. Los ratos que estés con tu familia dedícalos en exclusiva a ellos y el tiempo que estés alejado, no te culpes. Tenemos que vivir, tenemos que trabajar. No pasa nada por hacer actividades fuera de la propia paternidad.

"Nadie tiene que opinar sobre tu manera de educar a tus hijos"

Hoy en día parece que las madres tenemos que elegir bando en la crianza y soportar muchas críticas y juicios de valor, ¿cómo defendernos de esto?

Me espantan estas cosas. Ya está bien de juicios, ya está bien de etiquetas. Todo esto se acaba con una única palabra: respeto. ¿Las decisiones que tomas bajo el techo de tu casa te hacen feliz a ti? ¿hacen felices a los tuyos? Pues nadie tiene derecho a opinar sobre tu manera de criar o educar a tus hijos. Eso empieza por uno mismo. Tenemos que dar ejemplo a nuestros hijos no juzgando a los demás y tenemos que poner límites a esas personas que, de forma insistente, se meten hasta la cocina de nuestras casas para ver qué hacemos o dejamos de hacer. Los padres tenemos que hacer piña, no atacarnos.

El Viaje De Tu Vida Sonriente 2000px2

En el tema de la alimentación, hemos llegado a un extremo en el que te pueden poner verde por darle una galleta a tu hijo. ¿Qué opinión te merece?

Hemos pasado de un extremo a otro. De no hablar nunca de alimentación a leer exhaustivamente y con lupa las etiquetas de todos los productos que entran en nuestra casa. Es verdad que tenemos un problema grave sobre la mesa que es una de las tasas de sobrepeso y obesidad infantil más altas de Europa y estas cifras no las manejábamos antes, luego algo estamos haciendo mal. Hay que hacer autocrítica. Debemos dar consejos de salud y alimentación en todas las revisiones con el pediatra. Ahora, de ahí a demonizar a las madres porque le han dado a su hijo unas chuches en un cumpleaños, pues tampoco. Hay que tirar de sentido común, equilibrio, saber muy bien qué alimentos no deben entrar en la cesta de la compra, pero si un día estamos en una terraza y nos ponen un aperitivo, tampoco fustigarnos por ello.

Otro tema clave en “El viaje de tu vida” es la educación emocional de los niños. ¿Por qué es tan importante?

Las personas emocionalmente equilibradas son más felices, son más resilientes, tienen más facilidad para superar adversidades, son más empáticas, más generosas, más tolerantes... ¿quién no quiere esto para sí mismo y para sus hijos. Nos han educado para una sociedad del éxito, pero nadie nos prepara para el fracaso, para las caídas, la frustración... y son emociones que también forman parte de nuestra vida. Tenemos que educar a nuestros hijos en todo el espectro de emociones porque si no se van a encontrar cojos en el futuro. Sin embargo, hay que evitar la sobreprotección: no hay que intentar por todos los medios que nuestro hijo no se caiga, lo que hay que intentar con todas nuestras fuerzas es que se levante cada vez.

Como madre, ¿eres relajada por tu profesión o precisamente eso juega en tu contra?

He pasado por todas las fases. Cuando tuve mi primer hijo era una madre bastante hipocondriaca. Sentía mucha angustia porque sabía de más y de manera inconsciente me ponía en el peor de los escenarios y lo pasaba muy mal. Ahora, con los años, he aprendido a poner las cosas en su lugar y ahora mismo soy una madre bastante tranquila y bastante pasota, de hecho a veces me paso.

Para terminar, ya que estamos en la Semana Mundial de la Inmunización, ¿qué mensaje le mandarías a los padres que todavía dudan su vacunar a sus hijos?

Las vacunas, junto con los antibióticos, son uno de los mayores avances de la medicina actual. Salvan cada año entre 2 y 3 millones de vidas. Como padres tenemos una responsabilidad muy grande cuando traemos un niño al mundo, que es garantizar su salud tanto física como emocional y eso pasa por evitar enfermedades que les puedan causar la muerte o secuelas de por vida. A los padres les diría que sigan los consejos de los profesionales, de los comités de expertos y de las asociaciones científicas y vacunen a sus hijos.

En Bebés y más El pediatra, figura clave para detectar trastornos psicológicos en la infancia y la adolescencia, ¿Todavía tienes dudas? Las vacunas salvan entre dos y tres millones de vidas cada año

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