No me acuerdo de cuando fue la primera vez que mi hija se montó en un tren. Quizá fue en un metro de los de Madrid, de esos que parecen un dragón porque no tienen puertas entre los vagones, o un tren de cercanías para ir a dar una vuelta por la Sierra de Madrid con el libro de Javier Zarzuela debajo del brazo. También hemos montado en el AVE en España y probado la red de los SNCF de Francia.
El caso es que aunque recuerdo su ilusión y su sorpresa al ver aquella mole de hierro rodando con esas ruedas enormes bajo los cables del tendido eléctrico, no me parece que su reacción fuera tan emocionante y divertida como la de esta pequeña que muestra una gran expectación antes incluso de ver el tren. Felicito a su familia porque la niña es encantadora y llena de expresividad para mostrar su alegría con la aparición, acercamiento y posterior acceso al tren. Es una grabación preciosa que seguro que alguna empresa de trenes se llevará pronto a la televisión. ¡Ya están tardando!
Vía | Vladimiro Rivas