Conoce a Floyd Henry Morley: el bebé con acondroplasia cuyos padres nos enseñan a amar y a superar problemas

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Floyd-Henry Morley from The Morleys on Vimeo.

Floyd - Henry Morley es un precioso bebé que tiene la suerte de tener unos papás valientes: ellos han convertido el diagnóstico de trastorno del crecimiento en una oportunidad para mostrar a su entorno (y al mundo) el amor que sienten por su hijo, y para enseñar a quien quiera saber cómo se superan esos problemas a los que las familias debemos hacer frente.

Ross y Jade son padres primerizos que viven en Australia, y tras su nacimiento hicieron lo mismo que miles de papás: difundir las imágenes del bebé, y mostrar orgullosos los progresos de un pequeñín sonriente y activo al que papá y mamá colman de atenciones, besos y abrazos. El vídeo que acabáis de ver rebosa amor por los cuatro costados, y al verlo estamos seguros de que esta pareja luchará frente a las dificultades con las que se encuentren… al fin y al cabo todos los padres hacemos lo imposible por ayudar a nuestros hijos.

Con sólo cinco meses, los médicos dijeron que Floyd - Henry tenía acondroplasia: se trata de un trastorno del crecimiento que conocemos comúnmente como enanismo, y afecta a los huesos largos de los brazos y las piernas, que no crecen al mismo ritmo que el resto de los huesos, provocando una estatura más baja.

¿Pero por qué ver el lado negativo de las cosas?, uno de los motivos que tienen Ross y Jade para dar a conocer su historia fue evitar cientos de preguntas que les pudieran hacer, así que su blog sirve para compartir y como una oportunidad para aprender sobre este trastorno.

Es verdad que la acondroplasia puede acarrear otras posibles complicaciones, pero por el momento el bebé está sano, y seguirá haciéndose mayor. Además, sus padres aseguran que no afecta al desarrollo de la inteligencia, y aseguran con gran convicción: puesto que ambos son inteligentes, es previsible que su hijo llegue a ser un “pequeño genio”.

Parece que alrededor de uno de cada 25000 bebés nacen con este trastorno, y aunque en un porcentaje de casos (entorno al 20%) se asocia a la genética, se presenta con más frecuencia en niños nacidos de padres con una altura media. Ross y Jade ya superaron el shock que les provocó conocer la opinión de los médicos, ahora viven el día a día con el pequeño, y sueñan con su futuro.

Fuente | Floyd Henry Morley, en Facebook

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