¡Cuidado con las altas temperaturas y el riesgo de sufrir un 'golpe de calor'!

¡Cuidado con las altas temperaturas y el riesgo de sufrir un 'golpe de calor'!
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No es que no me guste el verano, pero no le encuentro gusto a eso de achicharrarse bajo el sol y a pasar mucho tiempo en lugares concurridos si hace demasiado calor. Además es que cuando a nuestro cuerpo tiene dificultades para eliminar el exceso de calor, podríamos sufrir un golpe de calor.

He querido dedicar una entrada a este tema, porque al podernos permitir un tiempo de descanso y libre de preocupaciones, es posible que nos relajemos peligrosamente también en cosas importantes. La exposición de los niños a un calor excesivo puede hacer que se pongan enfermos, la consecuencia más extrema sería la muerte; esto no sólo puede ocurrir al quedarse encerrado el peque dentro del coche, como contábamos aquí, porque al aire libre y en horas o días muy calurosos también puede suceder un golpe de calor.

Los niños (especialmente bebés y niños muy pequeños) - junto con los ancianos, operarios que trabajan a pleno sol, enfermos del corazón o diabéticos, obesos y alcohólicos - son un grupo muy vulnerable. ¿Por qué sucede esto? ocurre que ellos acumulan más calor porque su superficie corporal (relacionada con el peso) es superior a la de los adultos, por otra parte tienen menos capacidad para hidratarse por sí mismos, ya que en edades tempranas dependen de que los adultos les preparen el agua que necesitaran para ir a jugar, y no suelen llevar dinero para comprar un botellín de agua si se les acaba, además de que les faltan habilidades para recurrir a soluciones como entrar a un bar a pedir agua del grifo.

En la medida en que el golpe de calor supone la respuesta corporal a la pérdida exagerada de agua y minerales por medio del calor, resulta ser una alteración térmica grave

Reconocer un golpe de calor

Una persona que está sufriéndolo no nos va a decir ‘ayudadme porque creo que tengo un golpe de calor’ ya que los propios afectados no suelen ser conscientes, puede que hasta que sea demasiado tarde. Fiebre elevada (más de 38 º), piel muy caliente (puede que también roja y seca), dolor de cabeza, decaimiento / mareos; o si lleva muchos minutos sufriéndolo convulsiones, vómitos, y pulso rápido a la vez que débil.

Ojo con la irritabilidad inesperada de un niño en un día muy caluroso, puede ser un signo de alerta, sobre todo si son muy pequeños y no saben decirnos que les duele la cabeza.

Cualquier cambio en el comportamiento o en las manifestaciones habituales de la persona que sufre un golpe de calor, debe ser valorado. Es importante la prevención (de la que hablaremos más abajo), pero también la detección, no es tan difícil teniendo en cuenta que todos somos conscientes de la temperatura ambiente, y del riesgo que pueden sufrir determinados individuos (niños, trabajadores al aire libre, ancianos, etc).

El sudor es un aliado: nos ayuda a eliminar calor del organismo, y avisa a los demás en caso de un golpe e calor, porque justo antes de producirse la sudoración es muy abundante. Eso sí: no esperéis sudor desde el momento en que se manifiesta el golpe de calor, y la intervención debe ser inmediata, porque el cuerpo del afectado ya no tiene forma de autorregularse, no siempre ocurre pero en muchas personas desaparece la sudoración.

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Prevenir es fácil

Evitando la exposición al sol en las horas de calor más intenso - aproximadamente 12 a 16 / 17 - (como hacemos para protegernos de las radiaciones solares), evitando también las actividades al aire libre en dicho horario. Deberíamos procurar también evitar los lugares masificados en días de mucho calor: no podemos arriesgar de esa forma la salud de nuestros hijos.

La hidratación es clave, así que llevad líquidos (sobre todo agua) siempre en cantidades suficientes para que todos podáis beber con frecuencia; y revisa el contenedor de agua que tu hijo lleva cuando sale con la bici, o a jugar al exterior (a no ser que las viviendas queden cerca). No admitas que te diga que ‘no hace falta’ (a partir de los 9 o 10 años a veces confían demasiado en sus posibilidades o en sus capacidades, pero aún no son grandes).

Aquí dábamos consejos generales para evitar las consecuencias generales del calor extremo, además cabe recordar que es mejor que lleven ropa ligera que no ajuste, y que sea de colores claros; ponles gorra.

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¡JAMÁS dejes a tus hijos solos en un vehículo estacionado y cerrado!

¿Cómo actúo si creo que mi hijo está sufriendo un golpe de calor?

El afectado debe ser llevado en primer lugar a un lugar sombreado y a ser posible más fresco, según las posibilidades: el interior de un local o bajo unos árboles, utilizaremos ventilador, abanico… Intentaremos quitar la ropa ajustada, o desabrochar camisas, pantalones, etc.. También es necesario bajar la temperatura corporal: paños mojados, una baño o una ducha fría, eso sí: nunca agua helada o cubitos (para no contraer los vasos sanguíneos, lo cual impediría que el calor saliera del cuerpo).

Los paños deben volverse a mojar para aplicar cuando se hayan calentado, y si hemos metido a la persona en una bañera, al notar que el agua se calienta, la renovaremos. Cuando se estabilice podemos ofrecer agua, y si la acepta intentaremos restablecer el aporte de minerales mediante una solución de farmacia.

Si al llevar a enfriar el organismo del afectado observamos que convulsiona, o se muestra confuso; o si ha pasado una hora y no mejora, buscad atención médica. Si vomita ponedlo en posición lateral de seguridad, para que no inhale el vómito.

Esperemos que estos consejos os sirvan para prevenir el golpe de calor, siempre es mejor evitar que ocurra. Es muy importante el sentido común, y saber utilizarlo.

Imágenes | Salvatore Barbera, David Lytle, Richard Leeming En Peques y Más | ¿Cómo debemos protegernos ante las altas temperaturas?

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