La importancia de la vacuna, cuando la salud es un negocio

La importancia de la vacuna, cuando la salud es un negocio
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Gracias a la vacuna se han podido erradicar enfermedades o evitar el desarrollo de determinadas patologías en la población, con las vacunas se ha podido modificar la salud humana, son un gran avance en la medicina. Hoy en día la vacuna es vital y no vacunarse es un riego para la propia persona y para los que le rodean, claro que no hablamos de las enfermedades comunes, nos referimos a la rubéola, el rotavirus, la malaria u otras muchas que son peligrosas y especialmente para los niños.

¿Cómo es posible que una vez se ha desarrollado una vacuna eficaz contra una enfermedad de las que hemos mencionado, no esté al alcance de quienes más la necesitan?, realmente este es un problema grave, a pesar de que se ha sufrido un notable incremento de ayudas y medios poner las vacunas al alcance de la población necesitada, no es suficiente, no son todas las vacunas necesarias las que llegan. Si empezamos a analizar algunos de los motivos reales por los que no llega una vacuna determinada a la población infantil de un país del tercer mundo sin duda nos indignaremos. El desarrollo de una vacuna es muy costoso en todos los sentidos, según indica el profesor y científico Stanley Plotkin, el artífice de la vacuna contra la rubéola, hasta 680 millones de euros cuesta desarrollar una vacuna, en cuanto al tiempo que se emplea en ella, para hacernos una idea Stanley Plotkin nos muestra el ejemplo de la vacuna contra el rotavirus, ésta se empezó a desarrollar en la década de los 80 y hasta el 2006 no empezó a comercializarse, nada menos que 26 años.

Durante todo este tiempo se realizan pruebas, estudios y un gran protocolo que demuestra la eficacia de la vacuna antes de ser comercializada.

Una vacuna no es gratuita, quienes la desarrollan lo hacen para rentabilizarla, de hecho algo que dice el científico nos alerta sobre ello, para la industria farmacéutica es más rentable vender fármacos que vacunas, a través de los fármacos garantizan un consumo a muy largo plazo, pero dado el poco uso que tienen las vacunas no son rentables.

Para nosotros sería ético y moral que los laboratorios que desarrollan una determinada vacuna la proporcionaran a precio de coste, especialmente si es para la población infantil, enriquecerse a costa del padecimiento de millones de personas no es algo que honre sus estudios o descubrimientos. Bastante ganan ya con la gran cantidad de medicamentos que se distribuyen, si los gobiernos empiezan a poner los medios económicos necesarios para ayudar a la población del tercer mundo, es justo que la industria farmacéutica también lo haga, ¿no?. La salud no es un negocio.

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