¿Por qué los jóvenes se emancipan tan tarde?

¿Por qué los jóvenes se emancipan tan tarde?
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La investigación sociológica “Jóvenes y emancipación en España”, realizada por la FAD y Obra Social Caja Madrid, concluye un hecho del que todos hemos oído hablar en alguna ocasión: ‘la difícil coyuntura económica actual está acentuando notablemente el tradicional modelo español de emancipación juvenil, que ya de por sí es tardío’

A ver, en realidad yo no creo que el modelo español de emancipación juvenil sea tardío, puede que esté ocurriendo desde hace 25 años, porque todavía durante los 60 y los 70, los jóvenes se independizaban en torno a los 20. Por no hablar de nuestros abuelos: lo que ocurre es que en aquella época se vivía más según estructuras comunitarias con muchos vínculos entre la familia nuclear y la extensa, pero ‘salir’ de los brazos de los padres para formar una nueva vida, eso lo hacían pronto.

Según la investigación, parece que existen también otros elementos determinantes relacionados con características culturales, modelos familiares y políticas públicas que contribuyen sobremanera a que, junto a Italia, seamos el país europeo en el que más tarde se van de casa los jóvenes.

La crisis afecta a dos indicadores estructurales que condicionan la emancipación juvenil

  • El primer indicador que influye es, sin duda, la tasa de paro juvenil que alcanza un 52,1% y en la que España se encuentra a la cabeza de Europa junto con Grecia cuando en Alemania no llega al 8%.

  • El segundo es el precio de la vivienda que en la última década ha subido muy por encima de su valor real. Pese a estabilizarse o bajar tras 2008, la adquisición de una vivienda aún implica una capacidad de endeudamiento por encima de lo posible. Tampoco el alquiler parece ser una alternativa fácil ya que los y las jóvenes que trabajan deben dedicar una media del 42% de su sueldo para poder alquilar una vivienda y sólo el 55% de esos y esas jóvenes que trabajan pueden hacer frente a todos sus gastos.

La influencia de nuestras características culturales

  • Tradicional sistema familista: el proceso de emancipación, independencia y autonomía de los y las jóvenes en España no se produce al margen de la familia, sino que tiende a producirse en el seno de la misma, en base a estrategias consensuadas en torno a las trayectorias formativas, la clase social de referencia y las expectativas laborales y sociales.
Traducido: padres e hijos consensuan que no vale la pena marcharse de casa si es para perder calidad de vida. Esto (creo) es un error porque impide el desarrollo de los proyectos personales, que se deben empezar (obviamente) desde abajo
  • Escasa tendencia a la movilidad geográfica de los y las jóvenes españoles: aunque la crisis está modificando poco a poco esta tendencia. El 23% de los adultos emancipados en España tiene a “todos” los miembros de la familia consanguínea (padres, hermanos, hijos) con quienes no conviven a 30 minutos o menos de distancia.
Esto no es intrínsecamente negativo, siempre que todos sean capaces de respetar la intimidad e intra normas de los grupos familiares recién creados
  • Priorización de la emancipación orientada a la formación de la propia familia frente a modelos intermedios, como compartir pisos con conocidos. Del total de jóvenes españoles entre los 15 y los 24 años un 7,3% de los y las jóvenes viven casados o en pareja. Los que viven con amigos o solos no llegan al 3%.

  • Imaginario en torno al alquiler de la vivienda muy negativamente connotado: Se interpreta como “tirar” dinero, frente a la compra.

Y yo diría que muy probablemente esta visión acerca de la vivienda inhibe también las posibilidades en cuanto a movilidad geográfica. Además, en los tiempos en que estamos, con hipotecas que se pagan en 50 años, y cuyos intereses suben… al menos vivir de alquiler da un poco de libertad, y es verdad que la vivienda no es de uno, pero mientras se está pagando lo que le debemos al banco, tampoco lo es.

  • Ausencia de políticas públicas que realmente apuesten por procesos de empoderamiento e independencia de los y las jóvenes, apoyando verdaderamente el mercado del alquiler juvenil, apostando por ayudas a la emancipación, etc. En este post detallamos la Resolución de la OIT que aboga por una acción inmediata por parte de gobiernos e interlocutores.

Y más allá de los datos, los jóvenes también tienen una opinión

Según datos de la investigación, en general entre los 18 y 20 años no existe aparente necesidad de emancipación, ni deseo de ésta, tanto por lo difícil de su materialización como por haberse abierto y construido espacios alternativos a la misma.

Por otra parte, los jóvenes valoran la comodidad que encuentran con sus padres y temen, en caso de emancipación, perder estatus o beneficios materiales. Esta pérdida de confort aparece como elemento disuasorio o de aplazamiento para muchos jóvenes que no se deciden a dar el salto del hogar familiar hasta tener una seguridad casi completa de no fracaso.

Esta situación es plenamente asumida y compartida por los padres que comprenden y aceptan la necesaria independencia doméstica (concretada en falta de horarios, control o responsabilidades en casa) que sus hijos reclaman ante lo que no plantean conflictos o discrepancias. Optan por la permisividad.

Si esta vivencia se produce (como indica la investigación) entre los 18 y los 20 años, pues ¡qué queréis que os diga!; lo malo es cuando cumplen 28 y todavía no tienen intención de marcharse

Tras analizar el discurso de los jóvenes, parecería que en estos tiempos se madura antes, se tiene más pronto el destino de la propia vida, se decide sin presiones con quién y cómo salir, qué estudiar, etc. Y al mismo tiempo, parece también darse el fenómeno contrario, el de una infantilización propiciada por el hecho de que las exigencias, las obligaciones y responsabilidades, son escasas. Maduros para unas cosas y más dependientes e infantilizados para otras.

En cualquier caso, aplazar o posponer la decisión de emanciparse es una demostración no de conformismo o pasividad sino, en la convicción de los propios jóvenes, de adaptación a las circunstancias. Parece que hay datos que demuestran que, incluso en las épocas de mayor bonanza económica, la edad media de la emancipación en España ha sido más alta que en otros países europeos, excepción hecha de Italia (que comparte con España una cultura mediterránea respecto a la emancipación, como hemos visto). Yo ya lo he dicho antes, tengo la percepción de que este fenómeno se produce desde hace no demasiados años.

Imagen | Masoner / Cyclelicious Fuente | FAD En Peques y Más | Las tendencias del desempleo juvenil en Europa y en España demandan grandes soluciones, Resultados del informe de COTEC sobre la innovación entre los jóvenes

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