¿Y si se apuesta por un uso educativo del smartphone en el Instituto?

¿Y si se apuesta por un uso educativo del smartphone en el Instituto?
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Cuando los alumnos de Secundaria empezaron a llevar sus móviles a clase de forma sistemática, profesores y responsables de centros educativos se vieron en la necesidad de abrir un debate. Si suena el móvil en medio de una clase se molesta al profesor y a los compañeros, si se está tecleando para enviar mensajes de texto, no se atiende.

De los móviles “prehistóricos” (como los llama mi hijo, para mí simplemente están un poco pasados de moda) pasamos a los smartphones. ¡Tantas posibilidades en el mismo dispositivo! y también tantas utilidades que se dejan de lado frente al uso masivo de mensajería instantánea y las cámaras.

Hace un año descubrí un proceso iniciado en algunos Institutos catalanes, según sé, en Galicia también se está desarrollando la experiencia (y me perdonáis porque seguro que en otros lugares se implantan tales iniciativas, aunque yo lo desconozca). Se trata de educar en el uso - educativo -, en lugar de en la prohibición, y de esta manera el smartphone si que puede tener una presencia (de uso limitado) en las aulas.

El m - Learning ya sabemos lo que es, o al menos nos suena: se trata de la metodología de enseñanza y aprendizaje utilizando dispositivos móviles con conectividad a Internet. Y es un avance en la educación, porque permite a los alumnos una participación mucho más activa, a la vez que les empuja a tomar decisiones.

Como mínimo, esta metodología es acorde a los tiempos que corren, así que no solemos tener problemas con el uso de portátiles (lo deseable sería superar el contexto del aula de informática, como indicaba Marcos aquí), incluso de tablets. Pero cuando hablo de los usos educativos del smartphone, no me suelo encontrar posiciones favorables entre los padres.

Ni yo misma sabría cómo gestionar esta situación en una clase con niños para los que su móvil es poco más que una mini consola de juegos y un canal de comunicación instantáneo. Pero hay profesores que sí que apuestan por ello, y nos envían el mensaje de que si no se pasa a la acción no se pueden emprender cosas nuevas.

Está claro que salir de nuestra comodidad, de lo que conocemos, cuesta (Marcos lo llama “zona de confort”), pero es que la innovación siempre es desconocida. Y sin embargo a los niños les aporta herramientas para ser creativos o aprender a tomar decisiones.

En cualquier caso si se prohibe tajantemente el móvil en clase, se le da la espalda a la realidad. ¿Por qué perder una oportunidad doblemente educativa?

¿Cómo puede educar un móvil en clase?

Cuenta este reportaje de La Vanguardia cómo en el IES Torre de Palau de Terrassa (Barcelona) están educando en el uso de smartphones, de forma que no enfatizan la prohibición. Eso sí, la ordenanza aprobada por claustro y consejo escolar, deja claro que el dispositivo estará silenciado y guardado durante las clases.

¿Que en un momento dado el profesor les dice que lo saquen porque están diseñando apps o necesitan grabarse mientras pronuncian inglés? pues nada, ellos lo sacan de sus bolsas y trabajan apoyándose en sus teléfonos. Además un smartphone sirve como cámara de fotos o de vídeos, lo cual da mucho juego a la hora de inventivar concursos de fotografía, o grabar una entrevista al cocinero del colegio para que nos explique cómo se planifican los menús (son ejemplos, claro).

Una de las principales habilidades a desarrollar en este siglo es el uso (no sólo consumo) y creación de la tecnología. A día de hoy todos conocemos cantidad de utilidades que se le puede dar a un teléfono móvil en diferentes ámbitos profesionales, porque facilita la comunicación rápida entre profesionales y proveedores, entre profesionales y clientes, entre especialistas que intercambian información, etc (cuando un compañero del que os hablé aquí pedía consejo a un colega suyo en Italia a través de un PC, ¡aquello era la bomba!, imaginaros hoy en día como se han multiplicado las posibilidades y oportunidades).

Existen muchas tareas de aprendizaje posibles con un teléfono móvil desde búsqueda y análisis de noticias de actualidad hasta realizar podcast educativos, pasando por elaborar fichas prácticas o resúmenes

La idea por la que apuestan algunos profesores y centros, es rechazar la prohibición para evitar la negación de una realidad, al tiempo que exploran con los alumnos las posibilidades, y les educan en la utilización segura.

Smartphone En Clase 2

Pero el mal uso de internet, redes sociales, mensajería instantánea …

De acuerdo, a veces surgen problemas por eso: un mal uso, pero es que con el dispositivo en mano, el profesor también puede educar en la evitación de riesgos, a la vez que todos se descargan una aplicación para utilizar en la visita guiada que harán el día siguiente a un parque natural.

Lisa Nielsen es profesora, y es una profesora innovadora, quizás le venga de su experiencia en la escuela, que califica como aburrida e irrelevante, ahora desea ayudar a cambiar la experiencia de los niños con los que trabaja, e investiga para que los alumnos tengan experiencias relevantes en el colegio.

En sus palabras los chicos de hoy en día están “encerrados en aulas del pasado” (con excepciones). Lisa tiene un blog llamado The Innovative Educator, que es una fuente de inspiración para muchos profesionales de la Educación. Asegura que se puede regular el uso del smartphone en la escuela, ponerlo al servicio del aprendizaje y sacarle partido. Cuando los chicos y chicas tienen claro cuáles son las limitaciones, no suele haber problemas y los incidentes quedan al margen.

Uno de los motivos que señala Nielsen para incorporar la enseñanza mediante el teléfono en las aulas, es pensar que esa práctica salva - en parte - la falta de inversión en tecnología de los centros educativos. Al respecto, está claro que la inversión en educación es muy importante, y se debe reivindicar que se encuentre entre las prioridades de los países; pero en parte estoy de acuerdo con Lisa porque de todas formas los alumnos de Secundaria tienen su smartphone (si no se alcanza el total a los 12 años, con 14/15 las cifras subirán), ¿por qué no sacarle más provecho?.

Una responsabilidad de los profesores (y de los padres también, por favor) es enseñar a los niños autoprotección en la red, de acuerdo: los errores serán suyos, y por lo tanto deben aprender a gestionarlos y aprender de ellos. Pero es que ser responsable en la utilización de tecnología no es incompatible con utilizar la tecnología con fines educativos.

¿Qué os parece a vosotros?, como sabéis yo me he planteado a veces la edad en la que se les compra el móvil a los niños, por lo tanto tengo una postura un tanto ambivalente, pero para la edad en la que realmente le sacarán partido en clase (probablemente a partir de 3º de ESO) ya han desaparecido los “peros” de ¿le estaré comprando el móvil demasiado pronto?

Por otra parte reconozco que en la práctica el smartphone puede llegar a tener mucha utilidad en clase, sin menoscabo (porque se trata de sumar y no restar) de otras herramientas pedagógicas, y eso si que es inicialmente tarea de equipos directivos y profesores, que a su vez los trasladarán a los alumnos al estilo de “sacaremos el móvil para x tarea, después lo guardaremos y continuará en silencio; y por cierto ¿hablamos también sobre esa chica de x ciudad a la que le han hecho ciberbullying”

Imágenes | Irish Typepad, Gregory Foster
Más información | Lisa Nielsen, Educaweb, Blog Orange
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