La monitorización interna y el riesgo de sepsis

La monitorización interna y el riesgo de sepsis
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Este estudio que relaciona la monitorización interna y el riesgo de muerte por sepsis neonatal, aunque fuese publicado en el 1997, no he encontrado que haya sido en ningún momento rebatido por estudios posteriores. Me parece enormemente interesante precisamente ahora que nuestro país está adaptando los protocolos de atención al parto a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Estoy segura que pronto será incorporado a los grupos de trabajo que analizan el seguimiento de la Estrategia de Atención al Parto.

Fue realizado por los investigadores del Departamento de Obstetricia y Ginecología, de la Universidad de Washington, Seattle.

El objetivo era determinar si la mortalidad neonatal por septicemia estreptocócica temprana del grupo B (GBS) podía estar asociada a factores obstétricos además del ya conocido del peso al nacimiento.

Se usaron los informes médicos de esta institución para todos los recién nacidos con las cultivos positivos de la sangre para GBS en los primeros 7 días de vida entre el enero de 1981 y diciembre de 1992. Todos los recién nacidos habían recibido los antibióticos intravenosos del amplio-espectro dentro de las 3 horas posteriores al nacimiento.

Se encontró una asociación significativa entre la mortalidad neonatal y el peso al nacimiento. Las otras asociaciones significativas concordaban con datos de cultivo positivo de líquido cerebro espinal y también con la supervisión fetal invasiva por electrodos en el cuero cabelludo durante el intrapartum.

Se analizaron éstas y otras variables llegandose a la siguiente conclusión: las probabilidades de la muerte para los niños con monitorización interna mediante electrodos en el cuero cabelludo eran 8 veces mayores comparado a los que tenían la septicemia de GBS pero que no habían recibido el mismo tipo de monitorización interna.

En conclusión, la asociación que se encontraba entre la mortalidad neonatal por septicemia temprana de GBS y la monitorización interna por inserción de electrodos en el cuero cabelludo la consideraban sumamente pausible y recomendaban que esta línea de investigación continuara. No he encontrado, por ahora, estudios posteriores que ampliasen o contradiciesen estas conclusiones. Pero me comprometo a manteneros informados de cualquier otro estudio, a favor o en contra, que localice.

Via | PubMed

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