¿Deberían existir los planes de post-parto? Los encuentros no respetados

¿Deberían existir los planes de post-parto? Los encuentros no respetados
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Tu bebé acaba de nacer, los has llevado dentro nueve largos meses, has sentido sus patadas, su hipo, le has visto chuparse el dedo, mover las piernas, has oído su corazón, has visto sus rasgos entre sombras, esa nariz te suena bastante y ahora, por fin le tienes en brazos, puedes olerle, puedes sentirle, acariciarle, está ahí con vosotros.

Os llevan de regreso a vuestra habitación, ya por el pasillo empezáis a oír voces conocidas. Han venido, todos, la habitación está llena de gente que hasta ayer era tu familia, pero hoy parecen un poco más extraños. Hoy no les quieres a tu lado, hoy es vuestro momento, el de conoceros los tres, el de estar juntos y solos tu pareja, tu hijo y tú. No, esta vez no deseas que haya nadie más en la habitación, es más, no quieres que haya nadie más en el mundo.

¿Por qué no hicieron caso? ¿Por qué no esperaron? Has podido hacer tu propio plan de parto, y te preguntas si quizás ¿no deberían existir los planes de post-parto? Los encuentros no respetados

El primer contacto con el bebé debe ser respetado

Sabemos que el contacto piel con piel del bebé y la madre en los primeros minutos de vida es muy importante, tanto que existen hospitales que las pruebas al recién nacido, necesarias para comprobar el buen estado del niño, se hacen sobre el cuerpo de la madre y sólo en caso de necesidad o de peligro para el bebé se lo llevarán a una zona específica para atenderle.

Este piel con piel en las cesáreas se hace mas complicado, no olvidemos que estamos hablando de una intervención quirúrgica y las cosas pueden complicarse, de todas formas si la situación lo permite el proceso es similar al anterior.

Pero hay veces que no es así y pueden existir diferentes problemas que hagan que la madre no pueda sujetar a su bebé o requiera de atención médica urgente que impida el contacto, en estos casos es cuando el padre debe ocupar ese puesto y ser quien le de "la bienvenida al bebé". Pero tened presente que es importante que sea uno de los padres.

Las visitas. Esa fuente de quebraderos de cabeza

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Lo primero que deberíamos apuntar en nuestro plan de post-parto es cómo y cuando queremos a las visitas. Es muy importante que esto lo habléis entre vosotros, me refiero a padre y madre, para hacer un frente común ante el resto. Es importante tener en cuenta que estamos hablando de familiares de cada uno, personas que son importantes para la pareja aunque nosotros no las podamos ni ver y que no es lo mismo una madre y futura abuela, o un buen amigo, que un compañero de trabajo, vecino o primo tercero por parte de abuela que hace 25 años que no le ves el pelo.

Tenéis que tener muy claro que es vuestro momento, que esas primeras horas o días no van a volver a repetirse nunca y que cada momento que os perdáis puede que os pese en el futuro.

No discriminéis una familia respecto a la otra. Todos entendemos que es mil veces preferible tener a tu lado a tu madre que a tu suegra, pero no nos olvidemos que las dos son igual de abuelas y que al menos legalmente, tienen los mismos derechos. Hablo en casos normales claro, no me olvido que hay madres y madres y que algunos abuelos (hombres) pueden ser un verdadero mal trago.

Tenéis que tener muy claro que es vuestro momento, que esas primeras horas o días no van a volver a repetirse nunca.

Una situación incómoda y de desventaja.

Una mujer que acaba de dar a luz no está en su mejor momento, por muy bien que haya ido el parto. Por lo general no le quedarán demasiadas fuerzas, las heridas (tanto una cesárea como una episotomía) duelen y es posible que el bebé tenga algún problema, por no hablar que la ropa de hospital, sobre todo con la que se sale de un paritorio, no es la más adecuada para sentirse cómoda. Todo esto junto hace que no sea muy conveniente dejarla sola en compañía de gente en la que no confía o con la que no se siente a gusto. Todos necesitamos salir en algún momento, a comer, a despejarnos un poco, a tratar con la familia, pero es mejor que procuremos hacerlo cuando ella esté con alguien con quien se sienta cómoda.

En casa o en el hospital, ¿quién va a cada sitio?

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Hay quien prefiere tener las visitas durante los días en los que permanece en el hospital. Esto tiene sus ventajas, la gente se queda menos tiempo de media, no hay que prepararles nada (puede parecer egoísta a priori, pero recordad que acabamos de dar a luz y la cosa no está para andar jugando a las cocinitas) y podemos tener una escusa para no estar de humor. Por el contrario tiene como inconveniente que estamos más cansados, que no es nuestro territorio y por tanto quizás no podamos atender a la gente como nos hubiera gustado. También si se nos juntan demasiados en la habitación hará que el bebé se desoriente, se ponga nervioso y se pase llorando toda la noche.

Personalmente yo prefiero que aquellos más allegados vengan a casa, eso si, después de que nos hayamos asentado para que todos podamos disfrutar del momento.

La llegada a casa, hogar dulce hogar

Otro de los momentos que os recomiendo lo hagáis solos es la llegada a casa con el bebé. Por lo general será el primer día en que la madre haya estado tanto tiempo de pié, habremos estado varios días en el hospital y lo que menos apetece en ese momento es encontrarnos con la casa llena de gente, a no ser que se dediquen a cuidarnos y mimarnos, en ese caso les podéis decir que sigan viniendo los siguientes 15 años.

Mi consejo es que esperéis unos días para que venga la gente de visita y que aprovechéis mientras estéis los dos en casa, eso será mucho más llevadero.

El padre, el gran olvidado o el hombre invisible

Suele pasar que las visitas llegan y lo único que buscan es al bebé. Por una parte es lógico, a nosotros ya nos tienen muy vistos y una cara nueva da mucho juego, sobre todo para empezar a jugar al quién es quién. Pero no debemos olvidarnos que hay unos padres también en esa habitación. Lo normal es que de la madre se acuerden, también porque es ese gran bulto que hay encima de la cama (no se rían que alguno ni así se fija) y recibe las felicitaciones y alguna que otra atención.

Pero hay una figura a a que nadie ve hasta que se le pisa o por error una se sienta encima de él y no es otro que el recién estrenado padre. Que si, que ha podido comer jamón y tomarse las cañas que ha querido estos nueve meses, pero no está mal que reciba un poco de atenciones también. Como parte contratante les diré que es de agradecer.

Todo esto, es algo que debemos consensuar juntos y que cada uno transmita a los suyos, por aquello que es quien mejor les conoce, vuestro plan conjunto de post-parto.

Si estamos en el otro lado, es decir, somos nosotros "la visita" y no lo tenemos claro, lo mejor es preguntar cuando y cómo les viene bien que les vayamos a hacer una visita y sobre todo, nunca, jamás autoinvitarse.

Por mi parte sólo desearos que si estáis a punto de vivir todo esto o lo estáis viviendo tengáis paciencia, mucha paciencia y que os sea lo más leve y agradable que sea posible.

Foto | ThinkStock Vía | peineta, pintxos y mi monillo En Bebés y Más | Una vez somos padres, ¿debemos dejar que las visitas cojan al bebé?, Las tres cosas que puedes pedir a las visitas en tu postparto

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