Cómo aprenden a hablar los niños: el desarrollo del lenguaje mes a mes en el primer año del bebé

Cómo aprenden a hablar los niños: el desarrollo del lenguaje mes a mes en el primer año del bebé
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Durante el primer año de vida del bebé se produce una sorprendente evolución del lenguaje. Aunque recién empiece a pronunciar sus primeras palabras, los primeros sonidos y su forma de interactuar con las personas sienta las bases de lo que será su comunicación verbal.

Vamos a detallar cómo evoluciona el lenguaje del bebé mes a mes durante el primer año pero antes es importante comentar que es una generalidad y no se debe tomar al pie de la letra, ya que cada niño tiene su propio ritmo madurativo.

Primer mes

Los bebés en esta esta no poseen lenguaje oral, pero eso no quiere decir que no se comuniquen. Durante el primer mes de vida, los bebés emiten ciertos sonidos, como grititos, tose de vez en cuando, hipa y emite sonidos guturales (sonidos que el bebé realiza en su garganta) y comienza a hacer sonidos similares a las vocales.

Los bebés comprenden bastante durante este primer mes de vida, ya que son capaces de responder a sonidos fuertes frunciendo la frente y produciéndose cambios de ritmo en su respiración. Así mismo, también responden a una voz que les tranquiliza, sonríen o tienen una expresión más viva ante sonidos familiares, y en especial a la voz de su madre.

Segundo mes

Es a partir del segundo mes cuando los bebés empiezan a disponer de señas lógicas para expresar hambre, aflicción, placer… Así mismo, empiezan a emplear los sonidos "a","e" y "o" como vocalizaciones de placer, además de comenzar a emitir los sonidos "j", "k" y "g". Es ahora también cuando comienza a imitar movimientos casuales de abrir la boca y/o sacar la lengua.

Por otro lado, a nivel comprensivo se nota un gran avance. Cambia la expresión de su rostro o gira ligeramente la cabecita si hacemos un ruido cerca de él. Presta atención a las voces, buscando con sus ojos a quien está hablando.

Cuando le cantamos una canción o le hacemos caricias y le gusta, el pequeño mira, emite sonidos, aumenta su actividad y esboza una sonrisa para hacernos ver que esa conducta le proporciona felicidad y placer. Además, para comunicarnos este estado, y al no poder decirlo mediante palabras, el bebé nos lo hace saber emitiendo sonidos vocálicos como "aaaaaa".

Tercer mes

Ya al final del primer trimestre el pequeño empieza a usar hasta cuatro vocalizaciones abiertas diferentes, como por ejemplo "aaaaaa" o "eeeeeee", además de hacer vocalizaciones de hasta cuatro sílabas diferentes usando como mayor frecuencia los sonidos "k" y "g" (del tipo "kakakaka" o "gagagaga").

Además, cuando se le está diciendo algo, responde mirando directamente al hablante; el pequeño mira los labios y la boca de la persona que le habla, escuchándole y centrando su atención durante un espacio de tiempo cada vez más prolongado.

Gracias a este proceso madurativo de las diferentes capacidades lingüísticas, será capaz de sonreír en respuesta al que habla o protestar en respuesta a algunas acciones dependiendo si le resultan agradables o no.

Cuarto mes

Durante el cuarto mes de vida, nuestro pequeño nos hará saber que quiere algo gracias a sus chillidos, los cuales también podrá hacer por placer. Así mismo, mientras estemos jugando con él, y esté disfrutando, no parará de reír. Sus vocalizaciones ya empiezan a realizarse como respuesta a quien le habla, y comienza a repetir de forma regular series de sonidos.

Cuando está sentado y le estamos hablando, fuera de su alcance visual, nuestro hijo girará la cabeza buscándonos para tener contacto visual y saber quién está hablándole, y si la voz que oye es la de alguien desconocido, muestra signos de inquietud y puede alterarse al encontrarse con un desconocido.

Quinto mes

Los sonidos vocálicos más usados por el bebé son "a", "o" y "u". El balbuceo, que es una pronunciación espontánea y repetida de fonemas y sonidos, también se va incrementando.

A partir de esta etapa de su vida, nuestro hijo podrá localizar, de forma regular, el origen de la voz que escucha con mayor exactitud. Las acciones de escuchar y mirar, que hasta ahora le costaban realizar hacer conjuntamente, cada vez están más coordinadas.

También se nota un aumento en su capacidad de reacción ante una voz familiar que dice su nombre. Y entre todas las voces de su entorno cotidiano, es la de la madre la que reconoce con mayor facilidad de entre otras.

Es capaz de expresar su estado de angustia o de displacer con distintos patrones vocálicos y diferentes entonaciones.

Sexto mes

Durante esta etapa, el pequeño acompaña sus vocalizaciones con movimientos y reacciones de su cuerpo, lo que va a enriquecer sus intentos de comunicación. Durante el juego emite sonidos o ruidos, tanto cuando está sólo como cuando está acompañado. Empieza a tomar la iniciativa vocalizando, con cuatro o más sílabas diferentes a la vez, y balbuceando directamente a los adultos para iniciar contacto social con ellos.

Del mismo modo, logra diferenciar entre mandatos, avisos, situaciones que le producen angustia o temor, voces conocidas frente a voces desconocidas...

También es capaz de entender gestos sencillos y cotidianos que le repiten los adultos, como el saludo o la despedida. Cuando le decimos "no" ante algo que no queremos que haga, empieza a comprenderlo y en algunas ocasiones (cada vez más) se detiene. Y es también a partir del sexto mes cuando comienza a reconocer palabras como "papá" o "mamá".

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Séptimo mes

Durante el séptimo mes nuestro pequeño ya es capaz de vocalizar cuatro o más sílabas distintas ("ma", "pa", "ta", "ga"...) y comienza a realizar soliloquios; es decir, nuestro bebé ya posee un lenguaje característico propio que realiza cuando está solito jugando o haciendo alguna cosa. Su balbuceo poco a poco es más variado y cuando un adulto se dirige a él, produce vocalizaciones a modo de respuesta.

Además, ante sonidos nuevos, comienza a observar y reaccionar mirando, girándose o alargando la mano hacia la fuente de esos sonidos que está empezando a descubrir. Esto mismo ocurre cuando alguien dice su nombre y lo oye: se vuelve en la dirección de la fuente del sonido. Del mismo modo, cuando hacemos cambios en el tono de nuestra voz (gritamos, preguntamos...) el bebé reacciona ante esos cambios.

Cuando le ponemos música o canciones, presta atención a las mismas, y comienza a reconocer los nombres de los miembros de la familia. Finalmente, logra responder con gestos adecuados a palabras del tipo "ven", "adiós"...

Octavo mes

En el octavo mes, el bebé comienza a emitir sílabas redobladas ("p", "m", "b" fundamentalmente: "papa", "mama", "baba"), así como a vocalizar emisiones que se parecen a las oraciones adultas, pero sin usar palabras propiamente dichas.

Su capacidad de imitación poco a poco se va incrementando, hasta llegar a imitar un sonido o sílaba que pertenece a su repertorio habitual, o incluso imitar el ritmo y los sonidos del lenguaje natural de sus padres. También comienza a imitar los movimientos de boca que ve que hace el adulto, por ejemplo, cuando se le da de comer.

También es capaz de escuchar conversaciones de los adultos que le rodean, así como de detener la actividad que se encuentra haciendo cuando se le llama por su nombre. Durante las rutinas diarias, cuando le describimos algunos objetos por su nombre, puede reconocerlos.

Noveno mes

El bebé puede emitir bisílabas redobladas con los sonidos "p", "b", "t", "d", "m" y "n". También es ahora cuando puede imitar sonidos y sílabas con "m", "p" o "b" cuando lo ve hacer a los adultos.

Se inicia en la discriminación y comprensión de palabras significativas para su vida diaria, y empieza a comprender algunos mandatos verbales simples. Cuando se encuentra haciendo algo y nosotros le decimos "no", es capaz ahora de detenerse. Del mismo modo, puede mantener la atención durante aproximadamente un minuto ante una imagen que se le enseña y describe.

Su comunicación es más efectiva ya que dirige su mirada para elegir a la persona con quien quiere comunicarse, además de cambiar la entonación para comunicar la intensidad de sus deseos. Cuando emplea gestos para comunicarse con los demás, son gestos con significado. Sus vocalizaciones o protestas también se dan ahora cuando el adulto que le atiende se prepara para irse.

Décimo mes

Al inicio del décimo mes, nuestro pequeño ya es capaz de usar exclamaciones de tipo: “ohh”, “ahh”, “ehh”... También comienza a pronunciar palabras de dos sílabas, como "tata", "papa", "mama" de forma inespecífica.

Su capacidad de comprensión también aumenta durante este mes, siendo capaz de señalar, mirar o tocar hasta tres objetos o personas cuando se dice su nombre con palabras o gestos. También puede poner atención y disfrutar oyendo palabras nuevas.

Podemos observarle hacer “palmitas” cuando oye la palabra o ve algún gesto relacionado con el juego, además de comprobar que responde a su nombre un alto porcentaje de veces o a alguna instrucción de tipo social (como puede ser el decir adiós). Además, los gestos que emplea ahora para comunicarse con el resto de personas de su entorno son usados de forma funcional.

Decimoprimer mes

Es aquí cuando nuestro peque empieza a emplear dos o más palabras asociadas a conceptos que representen verbos. Además, aquellas veces que está jugando solo, podemos escucharle vocalizar lo que está haciendo (en su jerga, claro). Y aquellas palabras que antes no tenían un significado funcional (es decir, que empleaba indistintamente sin tener en cuenta a quién se refería), ya lo tienen, además de decir alguna palabra más con estas características.

Cuando escucha alguna canción y también quiere hacerlo, es capaz de imitar los cambios de voz y del tono en las canciones que escucha. Su interés ante palabras aisladas que están asociadas a objetos o actividades importantes para él comienza a aumentar, además de empezar a comprender algunas preguntas (como pueden ser: dónde, qué...).

Ante una petición que se le hace de forma verbal, a ayuda con algún tipo de gesto, nuestro hijo es capaz de llevarla a cabo, además de identificar a una persona familiar u objeto por el nombre, siempre que sean significativos para el pequeño.

Decimosegundo mes

A partir de ahora empezará a usar entre una y tres palabras para referirse a una persona, comida u objeto concretos. Además, cuando no conozca el nombre de algún objeto o animal, empleará sonidos onomatopéyicos característicos para hacerse entender y referirse a ellos.

Su jerga continúa siendo un poco indescifrable debido a su inmadurez, pero empieza a incluir palabras bisílabas que ya empleaba en meses anteriores.

Ahora ya puede imitar mejor todas las vocales, las exclamaciones que escucha o incluso diferentes gestos faciales que representan sentimientos o sensaciones, lo que le va a permitir percibir mejor las emociones del adulto; estas imitaciones también van siendo cada vez más finas en lo referido a sonidos onomatopéyicos de animales u objetos.

Su capacidad de comprensión también se ve aumentada, ya que ahora responde con gestos apropiados a varias clases de mandatos más complejos. También se nota esta mejoría en la comprensión cuando, al acercare la mano y ante la instrucción "dame", responde de forma adecuada.

Finalmente, podemos ver cómo empieza a usar palabras o gestos para comunicar sus deseos y necesidades, además de emitir alguna respuesta verbal ante los mandatos verbales de los adultos. Además, comienza a señalar y hacer emisiones verbales para pedir algo.

Foto | Pexels

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