La vacuna de la varicela se administrará en el 2016, pero la OCU se posiciona en contra: ¿qué hacer?
Salud infantil

La vacuna de la varicela se administrará en el 2016, pero la OCU se posiciona en contra: ¿qué hacer?

Hace 3 días se informó de que ya había fecha para la entrada de la vacuna de la varicela en el calendario de vacunas estatal: el año 2016. A partir de entonces (aunque a Madrid parece que llegará antes) la vacuna de la varicela se administrará a todos los bebés españoles a los 12-15 meses.

A raíz de esa noticia la OCU emitió hace 2 días un comunicado en el que sostiene que vacunar a los menores de 12 años es una decisión que no tiene justificación científica. Así que ahora los padres se encuentran en la disyuntiva de qué hacer: ¿le ponemos la vacuna o no se la ponemos? Y si no se la queremos poner, ¿qué hacemos?

Qué dice el comunicado de la OCU

El comunicado de la OCU afirma que la ciencia no respalda la decisión tomada por el gobierno español, vacunando de la varicela antes de los 12 años, porque es una enfermedad normalmente benigna que, tras padecerse, tiene inmunidad de por vida. Hasta los 12 años el 90% de los niños suele pasarla, quedando un 10% que sí es vacunado entonces para evitar que sufran la enfermedad en la edad adulta, cuando la infección cursa con peor pronóstico.

Esto es lo que dijo también hace dos días la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) en un comunicado en el que deja entrever que todo es un giro político apresurado, al no haber nueva evidencia científica desde que en 2011 se tomara la decisión totalmente contraria: hacer desaparecer la vacuna de las farmacias.

En este comunicado (y en el de la OCU) se explica también que la mayoría de países de Europa no vacuna a toda la población, sino que optan por la solución de vacunar a los 12 años (sí vacuna Alemania, Austria, Grecia, Chipre, Letonia y Luxemburgo).

Y añaden que la vacunación universal genera muchas dudas a nivel epidemiológico, al no saber qué sucederá con el virus y la población:

  • Se desconoce la duración de la inmunidad más allá de los 14 años.
  • Se desconoce el momento óptimo de la segunda dosis; la decisión de revacunar a los 3-4 años parece aleatoria.
  • No se sabe si se necesitarán dosis adicionales en el futuro para mantener la inmunidad, mientras que la enfermedad natural produce inmunidad de por vida.
  • Se desconoce si la vacuna desplazará la existencia de casos a edades mayores, por tanto potencialmente casos más graves.
  • No hay una estimación de la gravedad de los casos en vacunados, cuando sean mayores o deficientemente inmunizados.
  • Es posible que aumenten las complicaciones por la enfermedad al aumentar la edad media de la infección.
  • No hay una valoración plausible del mecanismo inmunológico del herpes zoster.
  • Se desconoce el impacto de la vacunación en la frecuencia de casos de herpes zoster, sobre todo en no vacunados.

Otros comunicados oficiales al respecto

Si algo está claro es que no hay consenso al respecto. Y el hecho de politizar la salud no beneficia el proceso, porque ahora que se acercan las elecciones se anuncia que la vacuna de la varicela vuelve y claro, la oposición hace lo que toca, oponerse (algunos consejeros del PSOE declararon no estar de acuerdo con esta decisión política).

Varicela

Sin embargo, desde el momento en que se supo que la vacuna de la varicela desaparecía de las farmacias, allá por el 2013, el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatria (AEP), la Asociación Española de Vacunología (AEV) y la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH) firmaron un comunicado conjunto que decía lo siguiente:


"DESABASTECIMIENTO DE VACUNAS DE LA VARICELA EN LAS OFICINAS DE FARMACIA ESPAÑOLA"

Las sociedades científicas más vinculadas con el empleo de vacunas manifestamos nuestra extrañeza y preocupación ante el desabastecimiento de vacunas de la varicela que se está produciendo en numerosas oficinas de farmacia españolas.

En España están registradas dos vacunas de la varicela. Una de estas vacunas (Varilrix®) está restringida al uso hospitalario, a nuestro parecer de modo injustificado, sobre todo tras la reciente modificación de su ficha técnica. La otra vacuna (Varivax®) estaba disponible hasta fechas recientes en las oficinas de farmacia.

Por el momento, no tenemos conocimiento oficial, es decir, por parte del Ministerio de Sanidad o de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), de ninguna circunstancia que explique este desabastecimiento, como podría ser un eventual problema de producción, de distribución o de seguridad.

El desabastecimiento se está produciendo en la mayor parte de las comunidades autónomas, aunque no en todas. El laboratorio fabricante de Varivax® refiere que tiene lotes de vacunas disponibles, pero que están retenidos. Esperamos que el Ministerio de Sanidad y la AEMPS se manifiesten lo antes posible y sobre todo que se pueda poner fin a esta anómala y extraña situación.

La vacunación frente a la varicela en la primera infancia, es decir, desde los 12 meses de edad, ha demostrado ser beneficiosa en numerosos estudios y países con vacunación universal, como Estados Unidos, Canadá, Australia, Uruguay, así como países europeos como Alemania, Grecia, Letonia y algunas regiones italianas. En el resto de países europeos, la vacuna se encuentra disponible en las oficinas de farmacia para su prescripción libre.

En España, solo dos comunidades autónomas (Madrid y Navarra) y las ciudades autónomas (Ceuta y Melilla) vacunan de forma gratuita a los niños en el segundo año de vida. Los datos de efectividad comunicados por las comunidades de Madrid y Navarra, donde está implantada la vacunación universal desde los años 2006 y 2007 respectivamente, son espectaculares. En el resto de comunidades se vacuna a partir de los 12 años, edad a la que el 90 % de los niños ya han pasado la varicela de forma natural (hasta en un 15% de casos con algún tipo de complicación) o han sido vacunados siguiendo las recomendaciones del CAV de la AEP. Con este desabastecimiento en las comunidades sin vacunación financiada, se priva del uso de este producto sanitario y de sus demostrados beneficios a aquellas personas que deciden su empleo siguiendo lo recomendado por sus médicos.

¿Y entonces, en qué quedamos?

Es cierto, la mayoría de países de Europa no ha tomado la decisión que ha tomado España, pero algunos sí, como lo hacen también países como Estados Unidos y Canadá, con un número brutal de niños vacunados. EEUU, por ejemplo, la administra desde el año 1995 y Canadá decidió hacerlo en 1999. Esto da datos suficientes para poder tomar una decisión en España, 20 años después de que la tomaran los americanos.

Sabemos, por un estudio publicado en 2003 en Anales de Pediatría Continuada que:

  • La varicela es una enfermedad con una morbilidad elevada, habitualmente benigna, pero que presenta complicaciones, a veces graves y que incluso pueden poner en peligro la vida del paciente.
  • Las complicaciones son más frecuentes en algunas poblaciones de riesgo, como los pacientes inmunodeprimidos y con neumopatías o enfermedades cutáneas crónicas, la embarazada (por su afectación embrionaria y fetal), el niño durante el primer año de vida (especialmente en el período neonatal), el adolescente y el adulto.
  • La vacuna induce seroconversión en más del 95% de niños sanos de entre 12 meses y 12 años de edad, y también origina una respuesta celular específica [...] Los estudios realizados en Estados Unidos y en Japón indican una duración de la inmunidad de al menos 11 y 20 años después de la vacunación, respectivamente.
  • Desde la introducción de la vacuna en Estados Unidos en 1995, la incidencia de varicela se ha reducido de manera considerable. Según un estudio realizado en tres poblaciones con coberturas vacunales de entre el 74 y el 84%, se han observado descensos del 71, del 79 y del 84% en todos los grupos de edad.
  • La varicela tiene unos efectos sociales y económicos importantes. Al considerar tanto los costes directos originados por la enfermedad y sus complicaciones como los costes indirectos, generados por el elevado absentismo del escolar o del adulto enfermo y de los padres u otras personas a cargo del cuidado del niño, se observa que la relación beneficio-coste de la inmunización es favorable.

Sabemos, por un estudio realizado en Navarra, publicado en el 2012, donde se aprobó la vacunación universal desde el año 2007, que la vacunación con 2 dosis a los niños a los 15 meses y 3 años redujo la prevalencia de varicela en niños de 0 a 14 años en un 98,1%, pasando de 50,1 casos por cada 1.000 habitantes en 2006, a 1,0 por 1.000 en 2012.

Al controlar el virus en la edad infantil no solo se disminuyó el riesgo de que los niños vacunados cogieran la enfermedad, sino que indirectamente consiguieron reducir el riesgo de sufrir la enfermedad a la población no vacunada (menores de un año y mayores), como podemos ver en la siguiente tabla:

Garcia Tab2

Sabemos también, porque ya hace dos años analizamos algunos estudios que hablaban de ello, que la vacunación universal no parece estar asociada a un aumento de casos de herpes zoster.

La lógica dice, además, que el riesgo de padecer herpes debería ser menor, pues es una consecuencia de la varicela: una vez padeces la varicela, el virus permanece inactivo, en forma latente, en algunos nervios del cuerpo. Si con el paso de los años se reactiva, se produce el herpes. Pero si estás vacunado y no llegas a padecer la varicela, es imposible que el virus quede en los nervios. Claro que, esto es lo que dice la lógica, y en medicina 2 y 2 no siempre suman 4: si un niño recibe dos vacunas y luego es infectado por el virus de la varicela puede pasar una varicela prácticamente asintomática (quizás hasta con una o dos ampollas que los padres pueden ni siquiera ver) y entonces, sí, tener el virus varicella-zoster en el cuerpo (aunque la incidencia debería ser menor que en los países sin vacuna, claro).

Y sabemos que, como la decisión de vacunar de manera universal a los niños españoles se ha tomado 20 años después de que la tomaran en EE.UU., las experiencias que ellos viven ahí con respecto a la vacuna nos sirve de banco de pruebas: si los niños vacunados de EE.UU., ya adultos, empiezan a sufrir la enfermedad porque la protección ha desaparecido, se establecerá una nueva dosis de recuerdo en la edad adulta. Esa nueva dosis se administrará allí y, obviamente, también aquí, antes de que nuestros hijos, ahora vacunados, queden desprotegidos. Digamos que es uno los beneficios de hacer las cosas más tarde que en otros países.

Así que con todos estos datos, que cada padre y cada madre decida qué hacer con su hijo, si vacunarle o no. Si la decisión es no, basta con decírselo al enfermero o la pediatra: "no quiero vacunar a mi hijo de la varicela". Lo máximo que sucederá es que te den una hoja para firméis conforme a la negación de un tratamiento indicado para vuestro hijo, pero nada más, porque las vacunas no son obligatorias.

Fotos | iStock
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