¿Lo vas a dejar solo? Los niños sufren sin una detección temprana de la tartamudez

¿Lo vas a dejar solo? Los niños sufren sin una detección temprana de la tartamudez
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¿Crees que tu hijo tiene ciertas dificultades para hablar? ¿Le cuesta unir las sílabas, balbucea demasiado? Estas pueden ser algunas señales que no deberíamos pasar por alto, ni nosotros como padres, ni los pediatras. Porque podríamos estar frente a un trastorno del lenguaje como la tartamudez, muy frecuente en la edad pediátrica.

La tartamudez se define como un trastorno del ritmo del habla caracterizado por frecuentes repeticiones o prolongaciones de sonidos, sílabas o palabras y se ha puesto en marcha una campaña para que los niños con este problema no estén solos: "No le dejes solo" es una campaña para la detección temprana de la tartamudez, dirigida a pediatras.

Porque lo de "es normal", "no pasa nada" o "ya se le pasará" son expresiones que a veces nos dicen otros padres, el vecino del quinto o todo aquel que se pone a dar "sabios" consejos sin pedirlos; pero en ocasiones un médico también podría dejar pasar el problema y precisamente ellos son los más capacitados para hacer un diagnóstico e iniciar, en su caso, la intervención adecuada.

La tartamudez o disfemia es una de las alteraciones del habla que sigue planteando interrogantes, pero está claro que a una persona con este problema no le viene bien que le digan que se le pasará o, peor, que no sabe hablar, que balbucea como un bebé... Tanto los profesionales como el entorno del niño tienen que saber cuál es la mejor manera de afrontar la tartamudez.

La tartamudez surge sobre todo en la infancia (a partir de los 18 meses) y un 5% de los niños tiene disfluencias en algún momento, pudiendo prolongarse y agravarse durante la vida adulta.

Guía tartamudez

Según la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, son los niños con disfluencias los que más padecen las consecuencias de una sociedad que no valora las diferencias y de unos profesionales que no acaban de ser conscientes de la importancia que tiene la detección precoz de las disfluencias infantiles.

De esta manera, aunque no se pueda evitar que un niño comience con un habla disfluente, sí se puede conseguir que esas disfluencias no se cronifiquen convirtiéndose en tartamudez.

Por ello es tan importante estar atentos a los primeros signos, porque el mejor momento para la intervención siempre será cuanto antes. Y esto es cuando aún no han aparecido "conductas secundarias" que son una manifestación del sufrimiento del niño, como muletillas, fuerza, evitación, circunloquios, ansiedad ...

Recordemos que los niños entre dos y seis años son conscientes de su dificultad para hablar, por lo tanto podrían aparecer dichos comportamientos secundarios, por lo que se recomienda derivar al niño inmediatamente a un profesional especializado en tartamudez para proporcionar estrategias y determinar cuál será el mejor tratamiento.

Podemos descargar el documento que incluye la información de la campaña, en pdf., desde la web de Familia y Salud. Se trata de un folleto dirigido a pediatras pero divulgativo, por lo que cualquier padre que tenga dudas sobre las dificultades del habla de su hijo encontrará buena información. La campaña ha sido impulsada por la Fundación Española de la Tartamudez.

Sobre todo, médicos y no, hemos de saber que es importante detectar a tiempo la tartamudez y no dejar solos a los niños que posiblemente presenten esta dificultad del habla, con un sufrimiento que se podría evitar.

Foto | iStock
Sitio Oficial | Fundación Española de la Tartamudez
En Bebés y más | Trastornos del habla: tratamiento de la tartamudez, Trastornos del habla: tartamudez evolutiva

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