Se dan casos en los que los padres que dejan a sus hijos a cargo de una niñera temen que éstos tengan más preferencia por su cuidadora que por ellos mismos, la verdad es que no hay que perder el norte, el hecho de que el niño se lleve estupendamente con la niñera no implica que desplace sus preferencias.
La niñera es una figura importante para el niño, se encarga de cuidarlo mientras los papás no están, el vínculo afectivo que se establece entre el niño y la niñera es importante, ya que gracias a él puede paliar en cierto modo la carencia provocada por la ausencia de los padres. Que tenga afecto hacia la niñera no implica que tenga menos hacia los padres.
Los psicólogos nos muestran la importancia de la figura que representa la niñera, de hecho en algunos estudios se les ha pedido a los niños que tienen niñera que dibujen a sus familias y la mayoría han pintado en el cuadro familiar a la niñera. De hecho es importante que una nanny demuestre su cariño al niño, que le atienda, que le cuide, etc. Hay que preocuparse cuando un niño no está a gusto con su niñera, cuando no se establecen esos vínculos afectivos nos indica que algo va mal. Pero si no es así hay que alegrarse, además unos adecuados lazos emocionales entre el niño y la niñera proporcionan una mayor autoestima en el niño, enriquecen mucho más su personalidad, sirve de ayuda para tolerar las ausencias de los padres con mucha menos angustia y además los niños se vuelven mucho más sociables.
No hay que pensar mal si una madre vuelve a casa y el niño le ignora o se pone a llorar, no es porque esté mal, es una manera de comunicar cuanto ha echado de menos a su madre. No hay que ver como a una rival a la persona que cuida a tu hijo en tu ausencia, ya que en realidad es alguien que te está ayudando y está atendiendo las necesidades del niño cuando no estás.
Lo más importante es que si por alguna cuestión necesitas dejar a tu hijo con una niñera, recuerda que cuando vuelvas a casa debes dedicar a tu hijo un tiempo que sea exclusivamente para él, hablar, jugar, bañarle, etc., y siempre demostrarle lo mucho que lo quieres. Verás como entenderá cuanto lo quieres y podrá compensar mejor esas ausencias.
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