¿Por qué se estresan los bebés?

¿Por qué se estresan los bebés?
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Aunque pueda parecernos absurdo que un pequeño de apenas días o meses pueda estar estresado, los bebés, al igual que los adultos, también sufren estrés.

La angustia en los recién nacidos es un fenómeno investigado por científicos en todo el mundo. Las teorías son variadas, pero en lo que concuerdan es que las consecuencias del estrés en los primeros meses se arrastran durante el resto de la vida pues la ansiedad altera la capacidad de memoria ocasionando dificultades en el aprendizaje.

Un informe financiado por el Forum Almirón de la Inmunonutrición asegura que entre el 9% y el 21% de la población infantil sufre de estrés. Entre ellos, los bebés, en quienes no es tan sencillo cuantificar el nivel de estrés.

Lo que sí es posible es estar atento ante ciertos síntomas que pueden indicarnos que el bebé padece estrés. ¿Por qué se estresan los bebés?

Por ejemplo, un bebé cuyas necesidades de alimento e higiene están cubiertas y sin embargo llora sin motivo aparente, puede ser una señal de estrés.

Pero criar a un hijo no es sólo alimentarlo y cambiarle los pañales. El bebé también tiene necesidad de mimos y brazos. Un bebé desatendido, cuyas necesidades de afecto no están satisfechas o que permanece muchas horas al día lejos de sus padres, puede sentirse inseguro y también sufrir estrés.

El llanto angustioso y repetido es la señal más evidente de que le pasa algo. Los cólicos del lactante provocan en el bebé un gran estrés. Imaginaros a un adultos sufrir un dolor intenso y continuado durante horas. Cualquiera se angustiaría.

Dolores igualmente intensos como una otitis, ruidos estridentes, un ambiente perturbador o situaciones familiares de estrés como discusiones, horarios alterados y padres “enchufados” también son motivo para que el bebé se sienta estresado.

Un bebé estresado puede ser un niño demasiado alterado pero también un niño aislado, sin interrelación con los demás.

¿Como evitar estrés en el bebé? Por supuesto, garantizar sus necesidades básicas de alimento, higiene, abrigo y sueño estableciendo rutinas diarias que le aporten tranquilidad contribuyendo a reducir el estrés que le provoca vivir sin ningún tipo de orden.

También es fundamental cubrir sus necesidades afectivas compartiendo con el bebé tiempo de calidad, jugando con él y reforzando los vínculos familiares. De esta forma le aportaremos seguridad y confianza para sobrellevar mejor las situaciones de estrés que se le presenten en el futuro.

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