A veces caemos en el error de comparar. Que un compañerito del colegio o un amiguito haya dejado el pañal antes de los dos años no quiere decir que tu hijo esté preparado también para dejarlo a esa edad.
Cada niño tiene sus tiempos, su propia maduración tanto física como psíquica y no debemos forzarlos a una situación a la que no estén preparados.
La propia experiencia me lo ha enseñado. Cuando mi hija cumplió los 2 años era verano y la época propiciaba, estuve a punto de quitarle los pañales creyendo que ya era capaz de pedir ir al baño solita.
Hubiese cometido un error, pues estaba a punto de nacer su hermanita y lo más probable era que hubiese hecho una regresión, causándole una frustración innecesaria.
A veces somos los propios padres más que nuestros hijos quienes necesitamos, ya hartos de cambiar pañales, que ellos sean más independientes en ese sentido.
Hoy con 33 meses, mi niña está dejando los pañales muy naturalmente. Fue ella misma, quien al ver que algunos amigos del cole iban solos al baño un buen día me pidió ella también usar braguitas y no más pañales.
Con la llegada del buen tiempo, fuimos retirando el pañal por las tardes cuando llegaba a casa y ahora usa pañal únicamente para dormir la siesta y por las noches.
Como es normal en estos casos, todavía algún pis se le escapa, sobretodo cuando está distraída concentrada en sus juegos.
Sinceramente debo decir que el hecho de quitarle los pañales ha sido más fácil de lo que yo suponía.
A veces somos los padres quienes nos agobiamos más de la cuenta pretendiendo forzar situaciones.
Lo mejor en estos casos es entender a tu hijo y saber interpretar cuál es el momento adecuado. Cada cosa a su tiempo.
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