"No hagamos a los niños responsables ni testigos de los problemas de pareja", entrevista a la psicóloga Isabel García

"No hagamos a los niños responsables ni testigos de los problemas de pareja", entrevista a la psicóloga Isabel García
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Dada la cercanía de San Valentín, una fecha en la que celebramos el amor, hemos querido hablar con la psicóloga Isabel García sobre el amor y la nueva familia cuando llegan los hijos.

Al convertirnos en padres, es normal que se produzcan cambios en la relación de pareja. Sobre ello, así como sobre el sexo en la pareja, los celos hacia los hijos y el modelo de pareja que transmitimos a los hijos hemos hablado con Isabel García.


Isabel-perfil
Isabel García es Psicóloga especialista en Psicología Clínica, Psicología Positiva y EMDR. Tiene amplia experiencia con adultos, niños, adolescentes, pareja y familia, y en la actualidad es directora de Positiva, apoyo psicológico. La Psicología Positiva es una rama de la psicología que estudia cómo podemos sentirnos lo mejor posible, dotando a la persona de capacidades y herramientas para dirigir su vida y sus emociones de la forma más capacitadora y plena.

Cuando llegan los hijos, es muy frecuente priorizarlos y que la pareja pase a segundo plano. ¿Qué consejos darías a los padres para cuidar la relación de pareja?

Mantener momentos de pareja, como tenían antes, es importante. Buscar un tiempo para dedicarse el uno al otro, aunque sea un ratito al día, sin prisas ni obligaciones, está bien para mantener el vínculo de comunicación, de contacto. Además, buscar complicidades, guiños que se puedan usar también delante de los niños refuerza los lazos de pareja.

También ayuda buscar un hueco semanal al menos para hacer algo juntos, como se hacía antes, cosas que nos guste compartir el uno con el otro, vale todo, lo que a cada pareja le guste: teatro, conciertos, cine, masajes, ir a cenar, a tapear, un mini-viaje...

Y algo fundamental es el sentido del humor. Tomarse las situaciones con humor, tener claro que durante un tiempo el/los pequeños van a requerir muchísima atención y tiempo, y que la relación con nuestra pareja ha de acoplarse de otra manera, no es malo, es otra forma de evolucionar, con nuevos elementos de convivencia que pueden enriquecer muchísimo también la relación.

También tener un espacio para uno mismo ayuda, que una vez cada x tiempo (el que cada pareja requiera) el otro miembro de la pareja se ocupe de los niños para que se pueda hacer algo cada uno por su cuenta (ir a un museo, darse un baño sin preocuparse de nada, ir a pasear, leer, o irse de copas con amigos...) Esto es importante para poder también "echarse de menos" y seguir "siendo uno mismo".

Otra gran preocupación de los padres con hijos es la intimidad de la pareja. El sexo también cambia, no siempre para bien. ¿Cómo mantener viva la pasión?

Hablando, contándonos lo que nos pasa a cada uno, y con toneladas de respeto, apoyo y comprensión. Si aún así, hay algo que nos tiene "heridos" porque el sexo ya no es como antes, quizá conviene acudir a un profesional por si hay situaciones anteriores que nos están impidiendo amar como realmente nos gustaría a nuestra pareja. Hay inseguridades que toman fuerza en éstas situaciones, y es importante trabajarlas para que no minen nuestra relación ni nuestra sexualidad.

En una relación todo va evolucionando, se puede seguir teniendo sexo magnífico aunque quizá no lo podamos tener con tanta frecuencia por razones obvias de falta de tiempo, cansancio, un niño durmiendo entre medias...etc. Seguir siendo cariñosos, tener detalles, tomarnos nuestros momentos de mirarnos a los ojos, o arreglarnos, o gustarnos, suele tener buenos resultados.

¿Existen los celos de los padres hacia los hijos? ¿Cómo conciliar ambos cariños?

Desde mi punto de vista es lógico que haya fricciones de recolocamiento emocional cuando un nuevo miembro entra en la familia. Hay que tener en cuenta que los roles previamente establecidos dan paso a otros roles diferentes y a variaciones o reajustes en los previos. No es necesario conciliar ambos cariños si ambos cariños se sienten y se expresan.

El problema viene cuando una de las partes de la pareja siente que "ya no recibe lo mismo" o que "sólo recibe el bebé". Cualquier sentimiento de este tipo debe poder ser expresado, recogido y solventado. Para ello es necesario tener una buena comunicación de pareja, y tener voluntad de que todos los miembros de la familia se sientan atendidos. Para ello todos los miembros tienen que "dar" y todos tienen que "recibir". En cualquier relación afectiva saludable, por lo general, cuanto más cariño das, más te viene de vuelta. Si hay algún "nudo" en mitad de todo ésto, sería conveniente revisar de dónde viene, y, si es necesario , tratarlo.

Todos los miembros tienen que "dar" y todos tienen que "recibir". En cualquier relación afectiva saludable, por lo general, cuanto más cariño das, más te viene de vuelta.

Los niños asimilan como normal lo que ven en casa. ¿Crees que los hijos repiten el modelo de pareja que ven en sus padres? ¿Cómo podemos transmitirles un modelo de pareja sana?

Los niños, de hecho, crean un filtro de apego en base a lo que viven en sus primeros años de vida (y los siguientes, claro). Una vez creado ese filtro, los humanos solemos ir "replicándolo" en nuestros vínculos emocionales futuros, por lo cual es de suma importancia saber establecer con nuestros hijos un apego seguro. Esta es la base más firme para una futura estabilidad emocional.

Por otro lado, los niños absorben absolutamente todo del ambiente emocional en el que se crían, así que no podemos transmitirles un modelo de pareja sana a no ser que seamos realmente una pareja "sana". Para ello, si hay algún problema nuclear emocional en alguno de los miembros, ha de trabajarse. Y si hay problemas de relación, han de trabajarse también.

De cualquier modo, lo imprescindible es que no hagamos a los niños responsables ni testigos de los problemas que podamos tener como pareja. Ellos son niños, y nosotros los adultos. Ellos tienen que dedicarse a jugar, conocerse a si mismos y el mundo, adquirir seguridad, confianza y fuerza para desarrollarse en toda su plenitud y potencialidad, y nosotros somos responsables de proporcionarles un ambiente emocional propicio para ello, así que, si hay algo que no podemos controlar o que nos impide darles esto, hay que ver qué es y darle solución cuanto antes.

¿Cómo y a partir de qué edad crees que hay hablar con los hijos sobre el amor de pareja?

Cuando ellos lo demanden. Si hemos sido capaces de crear canales de comunicación fuertes y sanos con nuestros hijos, ellos acudirán a nosotros para preguntarnos las cosas que necesiten. Esto también incluye que nosotros conocemos a nuestros hijos, y que si, aunque uno de ellos no está preguntando directamente, pero percibimos que está interesado por el tema, tanteemos si requiere más información o al menos transmitirle que estaremos ahí para dársela o derivarle a una fuente segura de información si más adelante la requiere.

Por último, ¿que similitudes hay entre el amor de pareja y el amor hacia los hijos? ¿Hay diferentes tipos de amor?

Por supuesto. Hay tantos tipos de amor como personas diferentes en el mundo. Pero los ingredientes básicos que no deberían faltar en ninguno de estos amores son el respeto, el cariño y el apoyo mutuo.

Agradecemos a Isabel García que nos haya concedido esta entrevista para Bebés y más. Estoy segura que ayudará a muchos padres que puedan sentirse identificados con algunas de las situaciones que hemos tratado.

Foto | loop_oh en Flickr CC

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