Siete cosas a tener en cuenta tras la caída del primer diente si nos visita el Ratoncito Pérez

Siete cosas a tener en cuenta tras la caída del primer diente si nos visita el Ratoncito Pérez
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Los Reyes, Papá Noel y el Ratoncito Pérez son esos personajes que aparecen en la vida de nuestros hijos sin haber realmente aparecido, ya me entendéis. Acabamos de dejar atrás a los protagonistas de la Navidad, pero hoy queremos hablaros de otro de los personajes más famosos para los niños, el Ratoncito Pérez (el hada de los dientes en los países germanos) y siete cosas a tener en cuenta si tras la caída del primer diente nos visita el Ratoncito Pérez.

Realmente en muchas culturas existen tradiciones y mitos relacionados con la caída de los dientes de leche, y es que es un momento muy especial para los papás, aunque no todos están vinculados a la aparición de un personaje mágico que se quiere hacer con esa pieza dental como si fuera un valioso tesoro.

Pero, si en nuestra casa sí aparece este pequeño roedor coleccionista de dientes, estas son siete cosa que deberíamos tener en cuenta:

  • Ten prevista una historia... y una coartada. Y acuérdate de ellas. Probablemente tu niño ya sepa algo del Ratoncito Pérez, pues en el colegio se corre la voz con facilidad cuando empiezan a caerse los primeros dientes. Pero puede que quieras darle tu propia versión, ¡y sin fisuras! El lugar por donde entrará, dónde dejaremos y recogerá el diente, para qué los usará... ¿O prefieres no dar tantos rodeos y dejar más espacio a la magia e imaginación? También es posible. Lo que tenemos que tener más atada es nuestra coartada por si, en plena noche, el niño o niña nos sorprende escarbando bajo su almohada.

  • Hemos de tener en cuenta que, tras el primer diente, que suele caer alrededor de los cinco años, vienen muchos otros, y probablemente, si quisiéramos seguir con la historia del Ratoncito hasta el final, nos veríamos hasta los doce o trece años del niño llevándole moneditas bajo la almohada. Seguro que como buenos adolescentes entonces ya reclaman billetes... o que nadie entre en sus habitaciones.

  • Ten previsto que no se crea la historia en algún momento. Como acabamos de decir, van a pasar muchos años con un trasiego de dientes de leche y definitivos, de modo que, tarde o temprano, os dirán que ya está bien de lo del personaje mágico que recoge sus pequeños dientes. Tenlo en cuenta para no entristecerte por lo rápido que crecen los niños... y para tener preparada una buena respuesta si te echan en cara que les hiciste pasar por una mentira.

  • La primera visita de Pérez marca tendencia. Si los regalos del Ratón son especiales, grandes, caros, si Pérez ha dejado una larga carta con una caligrafía impecable, un certificado de recogida con sello lacrado, una cesta de productos gourmet (sí, visto en Flickr)... piensa que es lo que tu hijo o hija esperará que haga en los siguientes dientes, y puede que para entonces no estemos tan emocionados para hacer todos esos preparativos, sobre todo cuando ya los has hecho siete u ocho veces.

Diente y Ratoncito Pérez
  • Si hay hermanos con edades aproximadas, ten en cuenta que habrá semanas en que el asunto del Ratoncito Pérez y la caída de dientes será recurrente... Entonces, el consejo anterior es mucho más importante, ya que no queremos arruinarnos con los regalos continuos por los dientes que se hacen. También tened en cuenta las comparaciones que tanto hacen entre ellos los hermanos, para que no crean que alguno ha sido "favorecido".

  • EL primer diente lo prevemos con mucha antelación, pero puede que algún otro de los siguientes nos pille por sorpresa. De modo que, si no queremos salir a medianoche buscando una tienda 24 horas, deberíamos tener prevista una "despensa" del Ratoncito Pérez por si acaso y especialmente si hay hermanos con edades similares como hemos comentado en el punto anterior. ¿El contenido? Pues varía de unas casas a otras, las monedas no son difíciles de encontrar en el bolso o cartera de los papás, pero si lo que ponéis son monedas de chocolate o algún otro tipo de golosina o regalito, entonces hay que estar preparado.

  • Acuérdate de dónde vas guardando los dientes (o decide si quieres hacerlo o prefieres tirarlos) para no ir perdiéndolos por la casa y que, en el futuro, cuando tu o tu hijo quiera verlos (ese sentimentalismo tan entrañable...), no ser capaz de saber dónde los pusiste. Si hay hermanos, mejor acumularlos por separado y con el nombre marcado (en una bolsita, cajita...), aunque preferiblemente en el mismo sitio.

En fin, que no queremos robaros la magia del Ratoncito Pérez, ni a nuestros hijos. Nosotros mismos estamos inmersos en una escalada de dos hermanas con caídas de dientes y aplaudiendo los respiros en el proceso. Las fotografías se quedaron para los primeros dientes, cuando ese huequecito en sus bocas ea todo un hito, incluso apreciado con nostalgia (¡cómo crecen!). Después, la emoción disminuye (más para los papás que para los niños, todo hay que decirlo).

Pero realmente me hubiera gustado pararme a pensar en todas estas siete cosas a tener en cuenta la primera vez que se cayó un diente y vino el Ratoncito Pérez, ingenuo e ilusionado, como si no fuera a haber más oportunidades de visitarnos... y pensando aunque sea un poquito dónde nos metemos y en el futuro.

Fotos | woodleywonderworks y Talkingplant en Flickr-CC
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