Consumo prohibirá la publicidad de alimentos no saludables dirigidos a menores de 15 años, para luchar contra la obesidad infantil

Consumo prohibirá la publicidad de alimentos no saludables dirigidos a menores de 15 años, para luchar contra la obesidad infantil
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Los trastornos de alimentación son un problema prioritario de salud pública, y especialmente lo es la obesidad infantil, que se ha multiplicado por 10 en los últimos 40 años, tanto que ya se la considera la "epidemia del siglo XXI". Se requieren medidas efectivas para promover hábitos alimenticios saludables entre los niños, y algunos países ya están dando pasos importantes.

En nuestro país, el Ministerio de Consumo acaba de anunciar que prohibirá los anuncios de alimentos no saludables dirigidos a menores de 15 años a lo largo del año 2021, además de la participación de personas famosas o personajes animados en estos espacios comerciales. De este modo se eleva en tres años la edad de prohibición de este tipo de alimentos, que actualmente se sitúa en 12 años.

NutriScore, el semáforo de los alimentos saludables

nutricosre

Alberto Garzón, ministro de Consumo, quiere elevar de 12 a 15 años la la edad de protección frente a la publicidad de alimentos poco saludables. De este modo, la publicidad de alimentos quedará reducida exclusivamente a los que tienen los códigos más favorables para la salud, los A y B de NutriScore, el sistema de etiquetado frontal de alimentos.

NutriScore funciona como una especie de semáforo de cinco colores y letras, a través de los cuales se indica al consumidor si un producto es más o menos saludable: la A, en color verde oscuro, haría referencia a un producto saludable para nosotros, mientras que la E, en color rojo, se referiría a productos menos deseables de incluir en nuestra alimentación.

Atendiendo a este baremo, la publicidad de alimentos encuadrados en las categorías C, D y E dirigida a menores de 15 años quedaría prohibida. En ella encontraríamos, por ejemplo las bebidas azucaradas, productos con altos niveles de grasas saturadas, azúcar y sal, así como bollería industrial.

La medida entraría en vigor el próximo año, y aunque las empresas decidirán voluntariamente si incluir o no dicho etiquetado, el Gobierno lo utilizará para clasificar todos los alimentos y controlar qué anuncios no podrán emitirse.

Consumo también quiere prohibir la participación de personas famosas y personajes animados en espacios comerciales, tanto en televisión como en las salas de cine.

Esta será una de las claves principales de la reforma del denominado "Código PAOS", un código de regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a menores.

El plan que propone Garzón es similar al que siguen otros países como Portugal, donde ciertos productos como batidos lácteos, cereales de desayuno, zumos envasados, galletas, refrescos y otros productos procesados no pueden publicitarse en pantallas, redes sociales, radio y televisión.

Por su parte, la OCU lleva tiempo exigiendo una ley que regule este tipo de publicidad, de manera que aquellos alimentos poco saludables y que no cumplan con los criterios de la OMS no puedan anunciarse en los medios.

Pero la publicidad no lo es todo: qué otros hábitos saludables debemos tener en cuenta

alimentacion saludable

No cabe duda de que la publicidad nos infuye a todos a la hora de comprar, pero especialmente a los niños, a los que resulta fácil atraer con pegadizas canciones, divertidos dibujos o regalos originales.

Sin embargo, los padres somos quienes tenemos la última palabra y un niño no debería influir jamás en la cesta de la compra, y mucho menos cuando se trata de su alimentación y su salud.

Por eso, con independencia de la publicidad, los adutos debemos tener claro cómo llenar nuestra despensa y qué podemos hacer para evitar el consumo excesivo de azúcar en la dieta de nuestros hijos y en la nuestra propia:

  • En primer lugar, es muy importante predicar con el ejemplo. De nada sirve hablar a los niños de las bondades de la fruta y la verdura, por ejemplo, si nosotros no las comemos.

  • Optar siempre, o en la medida de lo posible, por los productos frescos ya que cuanto más procesado esté un alimento, más probabilidades hay de que contenga grasas saturadas, aceites y exceso de azúcar o sal.

  • El tipo de cocina también es importante. Optemos por la cocción al vapor, al horno o a la plancha y dejemos los fritos para ocasiones muy puntuales.

  • Intentemos hacer siempre nosotros la comida, en lugar de comprarla ya hecha. Los purés para los bebés, las papillas de cereales o la repostería resultan más sanos si los elaboramos en casa en lugar de comprarlos.

  • Pongamos especial atención a los desayunos, meriendas y almuerzos que nuestros hijos llevan al colegio. En este tipo de comidas suele ser más fácil y rápido caer en alimentos procesados o con exceso de azúcar o grasas. Eliminemos los zumos envasados, cereales y yogures con alto contenido en azúcar o bollería industrial, y sustituyamoslo por fruta fresca, bocadillos o snacks saludables.

  • Implicar a los niños en la cocina ya que según los estudios, los niños que ven a sus padres cocinar durante más tiempo en casa toman decisiones más saludables a la hora de escoger sus propios alimentos.

  • Comer en familia también es muy importante ya que nos permite no sólo compartir el tiempo y ponernos al día de nuestra jornada, sino disfrutar de la comida, educar con el ejemplo y olvidarnos de las prisas, que tanta influencia negativa tienen a la hora de alimentarmos de forma saludable.

  • Y no olvidemos lo importante que es moverse, jugar, hacer deporte y evitar hábitos de vida sedentarios y poco saludables.

Recordemos que según los últimos estudios realizados en nuestro país, la obesidad y el sobrepeso ya empiezan a ser un problema desde la primera infancia, y a partir de los ocho años afecta a un 35% de los menores, lo que convierte a España en uno de los países europeos con las tasas más altas de obesidad.

Sin duda estas cifras resultan realmente alarmantes y preocupantes, pues la obesidad y los problemas de salud asociados están constituyendo un problema de dimensiones alarmantes en muchos países, y es necesario que todos, desde el colegio y la familia, hasta las instituciones y gobiernos nos involucremos para solucionarlo.

Fotos | iStock

Vía | El País

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