Por estas razones es importante que los niños aprendan que tienen responsabilidad sobre sus acciones

Por estas razones es importante que los niños aprendan que tienen responsabilidad sobre sus acciones
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Hemos hablado en artículos anteriores de la importancia de enseñar a los niños a ser responsables y cómo hacerlo, y también, de las responsabilidades que puede asumir tu hijo en casa y con sus cosas según su edad.

Es importante destacar que, educar a los niños para que sean responsables no solo conlleva dejarles tomar sus propias decisiones, sino entender que estas decisiones tienen consecuencias que deberán asumir.

Así, hoy ponemos énfasis en este aprendizaje esencial que conlleva la responsabilidad; el hecho de entender que las propias acciones tienen consecuencias. Te contamos por qué es tan importante este mensaje y cómo transmitírselo de forma práctica a los niños a través de tres claves.

Por qué los niños deben aprender la responsabilidad sobre sus acciones

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Imagen de Freepik

Enseñarle a los niños a ser responsables implica enseñarles que sus acciones tienen consecuencias que también deben gestionar ellos. Por ejemplo, si tu hijo decide ese día no ir a entrenar porque no le apetece, tal vez no le convoquen al partido el fin de semana o no sale de titular.

O si decide no hacer los deberes hoy, tendrá que hacerlos mañana que quizás no tiene tanto tiempo, o irá más agobiado. Son ejemplos pero se puede aplicar a cualquier decisión que tomen según su edad. Y ¿por qué es esencial inculcarles esta idea desde temprana edad?

1. Porque les ayuda a desarrollar la empatía

En primer lugar, porque desde que son pequeños es fundamental que entiendan que lo que hacen puede afectar a otras personas y a ellos mismos, algo que les ayuda a tener una visión menos egocéntrica y más compasiva y sensible hacia los demás. Así, en cierta forma les ayuda a fomentar la empatía y la consideración hacia los demás.

2. Porque fomenta la autonomía

La responsabilidad también promueve la autonomía. Cuando los niños asumen la responsabilidad de sus acciones, están tomando el control de su propia vida. Esto les da la confianza para enfrentar los desafíos, resolver problemas y aprender de sus errores. Y en lugar de depender de otros para resolver sus problemas, los niños responsables se convierten en personas seguras y autónomas.

3. Porque fomenta el aprendizaje de valores

Enseñar responsabilidad es una forma de inculcar valores morales y éticos. Cuando los niños comprenden que son responsables de sus acciones, están más inclinados a actuar de manera ética y respetuosa. Aprenden a ser honestos, a respetar los derechos de los demás y a valorar la integridad. Estos valores son esenciales para vivir en sociedad.

4. Porque les ayuda a tomar decisiones conscientes

La responsabilidad también promueve la toma de decisiones conscientes e informadas. Los niños que entienden que son responsables de sus acciones tienden a pensar antes de actuar; saben que si deciden de forma impulsiva, tal vez se equivoquen o se arrepientan.

De esta forma, consideran las opciones disponibles y evalúan las posibles consecuencias. Esta habilidad de pensamiento crítico es valiosa a lo largo de la vida y les ayuda a no ser impulsivos.

5. Porque es positivo para su rendimiento, organización y compromiso

Por último, la responsabilidad es fundamental para mejorar el rendimiento académico y profesional. Los niños responsables tienden a ser más organizados y comprometidos en sus estudios. Además, demuestran un mayor sentido de responsabilidad en el lugar de trabajo cuando son adultos, lo que aumenta sus oportunidades de éxito.

¿Cómo transmitir esta enseñanza?

1. A través de las acciones

Los niños aprenden principalmente observando a los adultos a su alrededor. Por lo tanto, es crucial que los padres y cuidadores sean ejemplos de responsabilidad en sus propias acciones.

Cuando los niños ven a sus modelos de referencia asumiendo sus responsabilidades, como cumplir con sus compromisos y cuidar de sus cosas, son más propensos a imitar ese comportamiento. Esto significa que los adultos deben ser coherentes en su demostración de responsabilidad para que los niños puedan internalizar este valor.

2. Estableciendo expectativas claras

Es esencial establecer expectativas claras y apropiadas para la edad de los niños en cuanto a responsabilidad. Los padres deben comunicar de manera clara lo que esperan de sus hijos en términos de tareas domésticas, deberes escolares y comportamiento en general (por ejemplo, "espero que tú te hagas la cama cada día y yo te ayudo con la mochila"). Las tablas de rutinas o los horarios nos pueden ayudar en este sentido.

Y, por otro lado, al establecer estas expectativas, se les ofrece a los niños comprender su rol en la familia y la sociedad. Además, es importante ser consistente en la aplicación de estas expectativas para que los niños entiendan que la responsabilidad es una parte constante de sus vidas.

3. Dejar que asuman las consecuencias y reflexionar

Cuando los niños no cumplen con sus responsabilidades, es fundamental que enfrenten consecuencias adecuadas y relacionadas con su acción. Estas consecuencias no deben ser punitivas (no hablamos de castigos), sino educativas.

Los niños deben comprender que, al no cumplir con sus responsabilidades, pueden afectar a otras personas o a sí mismos de forma negativa (por ejemplo, si no hacen la parte que les toca de un trabajo grupal, esto puede afectar al resto del grupo, porque trabajan en equipo).

Discutir las consecuencias de manera calmada y comprensiva les permite aprender de sus errores. También es importante alentar a los niños a reflexionar sobre cómo podrían gestionar la situación de manera diferente la próxima vez, promoviendo así la toma de decisiones informadas y la autorreflexión.

Foto | Portada (Freepik)

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