Niños que se aburren en vacaciones: cómo sacar provecho de ese aburrimiento y aprender de él

Niños que se aburren en vacaciones: cómo sacar provecho de ese aburrimiento y aprender de él
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Con la llegada de las vacaciones, y la pausa de muchas responsabilidades como el cole o el instituto, los niños tienen mucho más tiempo libre. Y con todo ese tiempo libre, a veces no saben qué hacer, como si tuvieran que estar haciendo siempre "algo" (cuando no tiene por qué ser así).

Y es que es una realidad; a los niños, en general, les cuesta tolerar el aburrimiento, porque normalmente están acostumbrados a hacer mil cosas (actividades extraescolares, tiempo de juego y ocio, deberes, cole, etc.).

Y si a eso le sumamos el abuso actual que hay con las nuevas tecnologías (que hace que muchos niños estén acostumbrados a estar siempre estimulados), la intolerancia a esta sensación aumenta.

Sin embargo, ¡aburrirse también tiene sus ventajas! Y podemos sacarle provecho a esto. ¿Cómo gestionar la situación con niños que se aburren en verano? Quédate si quieres descubrirlo.

Niños que se aburren en vacaciones: posibles causas

Que los niños se aburran en vacaciones en determinados momentos es algo totalmente normal, y más en según qué tipo de niños, pues los hay que necesitan estar siempre activos, que no están acostumbrados a "no hacer nada", que necesitan una mayor estimulación...

Por lo tanto, es algo habitual. Así, entre las causas más frecuentes de este aburrimiento se encuentra:

  • Las dificultades para distraerse de forma autónoma.
  • La intolerancia a los momentos de "no hacer nada".
  • El nerviosismo.
  • El mayor tiempo libre de los niños en verano.
  • Estar acostumbrados a un exceso de tecnología.
  • Organización excesiva del tiempo del niño.

Sea cual sea la causa, es importante que, por un lado, los niños aprendan a aburrirse; que toleren ese aburrimiento y que entiendan que no pasa nada por no estar divirtiéndose o haciendo cosas activas todo el tiempo.

Y por el otro, que en algunos de esos momentos de aburrimiento (no en todos), aprendan a buscar sus propios recursos para distraerse (lo que nos ayudará a cultivar su autonomía).

Algunas de las causas de este aburrimiento son: el tener más tiempo libre, el exceso de pantallas durante el año o la necesidad de estar siempre estimulados.

Beneficios de aburrirse para los niños

Como decíamos, ¡aburrirse tiene sus beneficios! Para empezar, cuando los niños se aburren de pequeños, están en realidad entrenando esa tolerancia al aburrimiento, un aburrimiento que vivirán en muchísimas ocasiones más cuando sean mayores. Así que, todo es aprendizaje.

Y por otro lado, sabemos que aburrirse puede ayudarles a:

  • Despertar su creatividad e imaginación.
  • Cultivar la paciencia.
  • Pensar en futuras actividades, metas y objetivos...
  • Favorecer su autoconocimiento (descubriendo otras facetas suyas, diferentes a cuando se están divirtiendo).

¿Cómo sacar provecho a ese aburrimiento?

Os dejamos algunas ideas para aprovechar esos momentos de aburrimiento (que, recordemos, no siempre tienen que "llenarse" con cosas que hacer):

Encontrar con ellos los beneficios de aburrirse

Es importante que los niños entiendan que aburrirse "está bien", que no hay nada de malo en ello. Y sobre todo, que toleren esa sensación.

Para ello, una idea que os proponemos es que podamos hacer con ellos una lista con las cosas buenas que tiene aburrirse; por ejemplo, "tener más tiempo para descansar", "tener tiempo para pensar en las cosas que quiero hacer"...

Darles ideas sobre qué pueden hacer

Podemos cultivar su autonomía a la hora de gestionar ese aburrimiento pero a la vez, echándoles un cable. Podemos darles ideas de cosas que pueden hacer cuando "no hay nada que hacer".

Por ejemplo, si estamos en un camping; ir a buscar flores y hacer un ramo, ir a conocer a otros niños, ir a la piscina, tumbarse en la hamaca y escuchar el sonido de la naturaleza, leer...

La clave para gestionar ese aburrimiento es encontrar el punto medio entre potenciar su autonomía y que sean capaces de buscar cosas que hacer, y que sepan que hay momentos en los que deberán aburrirse, y está bien.

Compartir con ellos nuestras actividades

También podemos involucrarlos en nuestras actividades; por ejemplo, si estamos cocinando, ordenando la casa, si hemos de ir a comprar, o incluso, si estamos simplemente descansando. La idea es encontrar la forma en la que ellos puedan colaborar, dejándoles participar en nuestras tareas.

Proponer la relajación

Ante el aburrimiento, una muy buena opción es proponerles a nuestros hijos ejercicios de relajación (o momentos para favorecer la desconexión). Por ejemplo, poner música relajante, hacer un dibujo tranquilos, practicar yoga para niños, etc.

Pregúntales: ¿qué harías si no te estuvieras aburriendo?

Es una buena forma de aprovechar esos momentos de aburrimiento y despertar la creatividad de los niños. A través de esta pregunta, de forma indirecta estamos haciendo que piensen en planes, actividades y propuestas de cosas que les gustarían hacer cuando puedan (quizás en esos momentos de aburrimiento no pueden llevarlas a cabo).

Fotos | Portada (Depositphotos)


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